Las grandes telecos a nivel mundial junto con los principales fabricantes del sector de los móviles y las redes han empezado a tomar posición con respecto al 5G, la siguiente evolución que vendrá de la mano del conocido como Internet de las cosas. Aunque la realidad es que no todo es tan bonito como lo pintan. La industria de las telecomunicaciones aun no ha tomado una decisión sobre la infraestructura que soportará el 5G y todo lo que se están realizando actualmente son pruebas independientes.

La realidad es que existe una necesidad de cooperación mayor que en tiempos pasados, ya que la próxima generación de redes no sólo implicará más velocidad. Existe la tentación de quedarse con el máximo trozo posible del pastel por lo que la cooperación es la clave para crear un estándar que se adecue y de respuestas las necesidades de los años venideros.

Números que impresionan

Al menos los números que se han puesto sobre la mesa nos hace soñar con unas conexiones de ensueño, preparadas para la ingente cantidad de dispositivos que se conectarán en el futuro más inmediato. Velocidades de descarga de hasta 10 Gbps, tiempos de respuesta de menos de 5 milisegundos, eficiencia energética correspondiente el 10% del consumo del 4G y más cobertura. Todo ello para dar cabida a los millones de dispositivos que se avecinan en el Internet de las cosas.

Sobre el 5G se están realizando diferentes probaturas y operadores como Huawei han invertido hasta 600 millones de dólares en ello. Precisamente la compañía china quiere hacer más amena la espera de esta tecnología con lo que ellos han llamado el 4,5G, el siguiente paso con más velocidad y menos latencia.

De hecho, se han realizado con éxito pruebas de transmisión inalámbricas de hasta 7,55 Gbps e incluso hemos podido ver el concepto de cómo podrían lucir las futuristas antenas para llevar el 5G a todos los lugares. Todos estos avances, pruebas, experimentos y demás tienen fijada una fecha: el año 2018.

 

Fuente: adslzone

 

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