Este es el planteamiento de la red social, tal y como explica su creador y comparte el equipo de desarrollo, y para ello sólo se ha tenido que modificar un aspecto fundamental. Si en Snapchat, Facebook o Instagram es el disparador lo que utilizamos para capturar momentos, en beme es el sensor de proximidad de nuestro terminal. Puede sonar complicado de entender, pero este vídeo ayuda a comprender cómo compartimos contenidos en beme:
Si queremos tomar un selfie, tan sencillo como poner nuestro móvil pegado a la pared. No lo haremos con la cámara frontal, sino con la principal y sin poder ver la pantalla. Así evitaremos el control sobre los resultados, y compartiremos nuestros momentos tal y como son, sin posibilidad de alterarlos encontrando la pose perfecta o aplicando filtros sobre la imagen. Básicamente, nos encontramos con una red social al estilo de Snapchat, basada en cortos clips de vídeo, pero con una filosofía muy particular.
La primera ventana a la realidad en redes sociales
El planteamiento es sencillo, simplemente quieren eliminar el control sobre los resultados para que las redes sociales pierdan ese componente de mentira o alteración, y siguiendo este patrón tampoco encontraremos botones de “Me gusta” o “Favorito”, por ejemplo, sino la posibilidad de compartir un selfie con nuestra expresión. ¿Te ha gustado? Entonces, podrán ver tu cara en el momento en que estabas reproduciendo ese vídeo. Y si no te ha gustado, seguro que también se podrá notar en tu rostro.
Cómo entrar en beme
La aplicación, de momento, sólo está disponible para iPhone. La joven red social beme está permitiendo el acceso de forma gradual, a través de un sistema de invitaciones, y de momento podemos hacernos con una consiguiendo un código en los vídeos de sus desarrolladores, o bien a través de algún usuario ya registrado en la red social. Como podéis ver en la captura de pantalla anterior, con un iPhone podemos reservar nuestro nombre de usuario y, cuando lo tengamos, desbloquearlo con un código.
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