Pasan los meses y aunque el futuro de Xbox One ya no pinta tan negro como cuando inició su andadura en la nueva generación, lo cierto es que la máquina de Microsoft aún no le ha cogido el paso a la nueva categoría y por el momento sigue de lejos la estela que por ahora marca PlayStation 4. Desde Redmond diseñan a marchas forzadas nuevas líneas estratégicas para conseguir que el buque insignia de su división de entretenimiento remonte el vuelo, pero el camino aún es largo. Hasta este momento, según el portal VG Chartz, PlayStation habría vendido 10,19 millones de consolas, mientras que Xbox One solo ha colocado la mitad que su rival: 5,13 millones de unidades. La consola de Microsoft de momento tiene en Wii U a su rival en ventas (si nos ceñimos a las cifras de ventas), ya que los últimos meses los números de ambas han estado reñidos. ¿Por qué Xbox One no está consiguiendo repetir el éxito de Xbox 360?

El precio, el primer obstáculo

Cuando la nueva generación ha llegado para muchos demasiado pronto, justificar el desembolso de una cantidad importante, como eran los 499 euros de su precio oficial de lanzamiento. Ahí estaba la primera traba y es que la gran consola rival, PlayStation 4 tenía un precio más económico,399 euros. La clave estaba en la inclusión de Kinect como periférico obligatorio, algo que Microsoft ha querido corregir en una versión posterior sin el dispositivo con el objetivo de abaratar el coste para el cliente y ofrecer un PVP de 399 euros.

Un catálogo sin grandes referentes

Tanto Xbox One como PlayStation 4 parece que hayan ido varios pasos por delante en  cuanto a hardware que software, ya que la mayoría de títulos que ambas consolas tenían disponibles en los primeros meses eran en juegos multiplataformas que no ofrecían el rendimiento esperado. Las grandes sagas esperaban su turno de lanzamiento, y aunque en cuanto a exclusividades, Xbox One no ha quedado huérfana frente a PlaySation 4, lo cierto es que para el gran público seguía faltando algo de aliciente.

Hoja de ruta incierta

Tal vez lo que más ha pesado en el poco éxito que de momento tiene Xbox One comparado con el impacto de su predecesora a finales de la generación pasada, sea la confusión generada por los diversos pasos atrás que Microsoft ha ido dando respecto a funcionalidades y características. La imposibilidad de compartir juegos, la obligación de conectarse a internet, o la inclusión de Kinect de forma obligada eran puntos que el consumidor no terminó por aceptar y aunque más tarde fueron suprimidos sobre la marcha, la imagen de la consola pareció resentirse de ello.

Pérdida de confianza de los consumidores

Destaca que en mercados como el de Estados Unidos, tradicionalmente afines al hardware de Microsoft, haya sido uno de los territorios donde la consola de Redmond haya cedido más terreno. Además, Xbox One sigue sin contar con el favor del público japonés, uno de los grandes mercados de la industria al que Microsoft no puede hincarle el diente, pese a sellar alianzas pasadas con estudios como Mistwalker (con muchos de los padres de la saga Final Fantasy) y talentos como Tomonubu Itagaki (creador entre otras de la saga Ninja Gaiden) con el objetivo de potenciar la imagen en aquellas latitudes. Ahora, además conocemos como la salida de la consola en China ha sido retrasada hasta final de año.

Una competencia feroz

Además de lo expuesto, para muchos la nueva generación es irrelevante todavía, con una competencia que de momento parece tener cuerda para rato. Tanto PlayStation 3 como Xbox 360 siguen recibiendo títulos, lo que permite que los usuarios puedan retrasar el salto a los nuevos dispositivos. El PC es una plataforma que sigue ganando terreno a las consolas con servicios como el de Steam y una política de precios asequibles al bolsillo. A la fiesta quiere sumarse Nintendo con su Wii U, una consola que aunque en prestaciones se queda por detrás de PlayStation 4 y Xbox One, todavía cuenta con el respaldo de la –de momento- poderosa imagen de Nintendo  en el sector.

Aunque el estigma de los fallos de fiabilidad de Xbox 360 parece haber sido dejado atrás, Xbox One tiene que demostrar todavía que puede ponerse a la altura de su predecesora. Satya Nadella, CEO de Microsoft, anunció este verano la intención que tiene la compañía de seguir apostando por la división de entretenimiento y situar a Xbox One como referencia en el sector, por lo que trabajarán duro para lograrlo. En unos meses tendrán otra buena oportunidad con la campaña navideña, así que veremos si su esfuerzo vale la pena.

¿Qué pensáis que le hace falta a Xbox One para triunfar?

 

Fuente: adslzone