Microsoft juega con un aspecto importante en su contra, y es que mientras Windows 8 y Windows 8.1 avanzan a un ritmo lento, Windows 7 está evolucionando en el mercado planteándose como “el futuro Windows XP”. Quiere decir esto que, a pesar de no tratarse de la última versión del sistema operativo de escritorio de Microsoft, su cuota de mercado está creciendo a un ritmo preocupante. Y es que, como ya ocurrió el año pasado con Windows XP, se prevé que el soporte extendido de Windows 7 pueda acabar con millones de usuarios aún utilizando esa versión.

/p>

Precisamente por este motivo, es fundamental que Microsoft lleve a cabo con Windows 10 una estrategia agresiva para ayudar a los usuarios a actualizar sus ordenadores a Windows 10. Y para conseguir esto, por el momento sólo se plantean tres factores decisivos: la distribución, la compatibilidad de hardware y las nuevas funciones. Es decir, el primer aspecto crucial para la evolución de Windows 10 en el mercado es el que ya ha resuelto Gabriel Aul sentenciando que, efectivamente, los usuarios que compraron ordenadores con Windows Vista podrán actualizar a Windows 10. Esto, por otra parte, quiere decir que los usuarios de Windows 7, Windows 8 y Windows 8.1 podrán hacerlo igualmente.

Ahora bien, aún le quedan a Microsoft dos aspectos por resolver. Uno de ellos tiene que ver con la distribución de licencias, campo en el cual se está barajando un modelo gratuito con servicios de suscripción. Por último, con respecto a las nuevas funciones de Windows 10 todo parece dispuesto para conquistar a los usuarios de Windows 7. Se recuperará el menú de inicio, se introducirá el asistente virtual Cortana y se modificará la interfaz para adaptar el entorno de Microsoft a las últimas tendencias en diseño de interfaces de usuario UI.

 

Fuente: Softpedia | adslzone