Y aunque la mayoría suele apuntar a China o Estados Unidos como los grandes protagonistas de cualquier posible enfrentamiento global, la inteligencia artificial ha sorprendido al señalar a otro país como el candidato más probable para encender la chispa del próximo gran conflicto: Rusia, y no es para menos. También la IA predijo cuáles serían las ciudades españolas que antes caerían.
¿Dónde empezará la guerra?
El análisis realizado por modelos de IA, junto con simulaciones que utilizan datos históricos y proyecciones actuales, apuntan a que Rusia es el país con más probabilidades de iniciar un choque bélico a gran escala. El argumento principal está en su reciente historial. La invasión de Ucrania en 2022 no solo es la guerra más importante en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, sino que también activó la implicación directa e indirecta de más de 50 países que apoyan a Kiev, entre ellos Estados Unidos, la Unión Europea y buena parte de la OTAN. La agresiva retórica del Kremlin, unida a los ejercicios militares conjuntos con Bielorrusia y su estrecha relación con potencias como Irán o Corea del Norte, dibujan un escenario donde una escalada parece el siguiente paso lógico.
Según la inteligencia artificial, el detonante más probable sería una hipotética invasión de Rusia a un país miembro de la OTAN. Ese simple movimiento activaría automáticamente la defensa colectiva de la Alianza Atlántica, obligando a Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y el resto de aliados a responder. El resultado sería una reacción en cadena en la que los países afines al Kremlin, como China, Corea del Norte, Irán o Bielorrusia, podrían tomar partido. El tablero geopolítico, en ese punto, tendría todos los ingredientes para convertirse en un conflicto global.
La IA también sugiere que este escenario no tendría necesariamente un inicio espectacular con armas nucleares, como muchos imagina n. En cambio, se daría de forma progresiva, con ataques regionales, ciberataques masivos, bloqueos económicos e incidentes en los territorios en disputa. El conflicto en Ucrania y las tensiones en torno a Taiwán son claros ejemplos de cómo una escalada local puede transformarse en un problema internacional con consecuencias mucho más peligrosas.
En este sentido, China ocupa la segunda posición en el ranking de posibles detonantes. Su insistente reclamo sobre Taiwán, respaldado por el rápido fortalecimiento de su ejército y una política exterior cada vez más firme en el Indo-Pacífico, hacen que muchos expertos crean que un intento de invasión a la isla podría ser la chispa definitiva. Estados Unidos mantiene un pacto de defensa con Taiwán, y su entrada en escena arrastraría a Japón, Australia y Filipinas, desembocando en un enfrentamiento directo entre superpotencias. La IA coincide con este planteamiento, pero subraya que Rusia sigue siendo la amenaza más inmediata, al estar ya implicada en una guerra activa en Europa.
Países seguros ante una guerra
Un punto interesante que ofrecen los modelos de inteligencia artificial es la reflexión sobre qué países serían relativamente “seguros” en caso de estallar un conflicto global. Naciones con geografía aislada, tradición de neutralidad o autosuficiencia energética y alimentaria tendrían cierta ventaja para mantenerse al margen. Entre ellas se mencionan Islandia, Nueva Zelanda, Suiza y Argentina, aunque ningún país estaría exento de las consecuencias económicas y sociales de una guerra de escala mundial.
El gran interrogante es si realmente la humanidad camina hacia una Tercera Guerra Mundial o si estos escenarios siguen siendo solo hipótesis. La propia IA advierte que sus proyecciones no son predicciones infalibles, sino simulaciones basadas en patrones históricos y dinámicas actuales. La diplomacia, los acuerdos internacionales y la presión de la opinión pública global juegan un papel crucial para evitar que estas tensiones desemboquen en un desastre.
