El lag que Windows 11 ha obtenido después de la última actualización está dando muchos quebraderos de cabeza a algunos usuarios. Porque a nadie le gusta que su ordenador funcione lentamente, en especial si lo usas para trabajar. Por ello es necesario tomar medidas e intentar repararlo por ti mismo en vez de esperar a la solución oficial de Microsoft, la cual parece que no está precisamente cerca.

Actualiza los drivers

Parece que uno de los sospechosos principales del mal funcionamiento que está provocando la actualización se encuentra relacionado con los controladores de tu ordenador. Por lo tanto, lo que tienes que hacer es forzar la actualización de todos los drivers que tengas en el equipo.

Entra en Configuración y, en el menú de la izquierda, baja hasta el final, donde debes hacer clic en «Windows Update». Con anterioridad, era más fácil encontrar el siguiente menú, el de Actualizaciones opcionales, pero en esta versión de Windows se ha cambiado la distribución y resulta un poco más complicado. Haz lo siguiente:

  • Baja hasta Opciones avanzadas y haz clic
  • Busca la opción Actualizaciones opcionales que se encuentra en el apartado Opciones adicionales. Entra dentro.
  • Haz clic en «Actualizaciones de controlador». Un número entre paréntesis te indicará las actualizaciones que hay esperando.

Ahora, haz clic y verás una lista de todos los drivers que tienes pendientes de actualización. Luego podrás instalarlos de uno en uno o marcarlos todos y pulsar en «Descargar e instalar». Es posible que la ralentización ocurra por uno de ellos.

Desactiva apps de inicio

En muchas ocasiones, las actualizaciones de Windows realizan modificaciones en la lista de aplicaciones que se cargan cuando inicias tu ordenador. Por ello, no habría que descartar que tu equipo estuviese arrancando algún programa que fuera perjudicial para la estabilidad del mismo. Por lo tanto, lo que vamos a hacer es entrar en el menú de configuración del arranque de inicio y eliminar las apps que no queramos que se carguen de nuevo.

Ve a Inicio y allí busca Administrador de tareas. Cuando cargue el menú tienes que ir a la columna de la izquierda y hacer clic en Aplicaciones de arranque. En cada uno de los nombres de las herramientas podrás ver distinta información, como si está habilitada o deshabilitada. Para deshabilitar una app que no quieras que se siga ejecutando en inicio, selecciónala y luego haz clic en el botón Deshabilitar que está en la barra de navegación superior.

Es posible que te encuentres con algunos casos de aplicaciones que no puedes deshabilitar, pero es poco probable que el problema de lag que tienes en el ordenador esté ocurriendo debido a ello. No olvides hacer un reinicio en el momento en el cual hayas terminado con la desactivación de todas las aplicaciones que ya no quieras tener de inicio.

Configura los efectos visuales

Una de las características de Windows 11 está relacionada con el uso de efectos visuales que hacen de la plataforma un entorno más atractivo. Pero hay algunos que pueden hacer que la experiencia de uso se vea afectada y es posible que esto sea lo que te está ocurriendo. Por ello, tienes que hacer una serie de ajustes en los efectos visuales.

Entra en Configuración y luego, desde la columna de la izquierda, escribe Rendimiento en la caja de búsqueda. En el desplegable de opciones que aparecerá, selecciona Ajustar la apariencia y rendimiento de Windows. De esa forma se abrirá un gran menú lleno de opciones, pero la mejor manera de personalizarlo todo es seleccionando entre las opciones iniciales. Si eliges Ajustar para obtener el mejor rendimiento, lograrás que el ordenador funcione mejor al desactivar efectos visuales que no son precisamente imprescindibles en el día a día (al menos, no todos ellos).

Cuando termines, pulsa en Aceptar y luego, como de costumbre, reinicia el ordenador. Con esto seguro que aprecias una mejora notable por mucho que, quizá, no fuera el problema que estuviera ralentizando el equipo. Si al reiniciar no te convence el nuevo estado del ordenador, lo mejor será que personalices los efectos visuales uno por uno.

Elimina la última actualización

¿No te ha funcionado nada de lo que te hemos recomendado? Lo que te queda es recurrir al plan obvio: desinstalar la actualización que está haciendo que el ordenador se ralentice. Porque si te ha comenzado a ir mal después de una nueva versión, es bastante lógico querer desinstalarla para que todo pueda funcionar bien de nuevo.

Lo puedes hacer entrando en Configuración, bajando a Windows Update en el menú de la izquierda y luego haciendo clic en Historial de actualizaciones. Eso cargará una larga lista de versiones que se han ido añadiendo a tu ordenador, pero tendrás que seguir bajando hasta que veas Desinstalar actualizaciones. Haz clic y el sistema te dirá qué actualizaciones puedes desinstalar. Con suerte, la última versión de Windows 11 estará ahí.

Otras posibles soluciones

Algunos usuarios hablan de otras posibilidades por las que han optado en esta situación y que les han funcionado. Por ejemplo, es posible que haya algún archivo del sistema que se ha quedado corrupto. Lo podrás solucionar con los comandos sfc y dism desde Símbolo del sistema. También podrías usar la herramienta Disk Cleanup o hacer una pasada de tu antivirus para comprobar que todo esté en orden y que no haya ningún malware que te esté generando problemas.

 

Fuente: adslzone