Ya os hemos contado esta semana como Apple estaba presionando a las discográficas para que cortaran el grifo a Spotify y que esta no pudiera ofrecer su versión freemium. Es decir, la versión gratuita con publicidad. Además, esta presión ha llamado la atención a la Comisión Federal de Comercio  y van a investigar si se están incurriendo en prácticas ilegales.

De todas formas, a las discográficas tampoco les convence mucho esta versión de Spotify, creen que es insostenible a largo plazo y que no se recauda el dinero suficiente para pagar tanto a los artistas como a los inversores. Spotify, por su parte, aunque obviamente querría tener más suscripciones Premium piensa que la opción gratuita es la puerta de entrada al pago y no tienen intención, de momento, de cerrar el chiringuito freemium.

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El impuesto del App Store

Pero ahora mismo, el problema principal de Spotify no es la presión de Apple para que deje de ofrecer el servicio gratuito. Para ellos, una de las mejoras oportunidades de que la gente se cambie a Spotify Premium, es decir, desde la propia aplicación, tiene un impuesto que va íntegramente para Apple.

Obviamente Apple sabe dónde sacar dinero, y el App Store es un sitio específicamente preparado para ello. Por este motivo, Apple obliga a todas las aplicaciones a darle el 30% de lo que cueste una suscripción. Esto obliga a Spotify a tener que subir el precio si quiere seguir ganando lo mismo, algo de lo que se quejan amargamente desde la compañía musical. Apple, por su parte, puede ofrecer Beats a un precio mucho más económico, lo que consideran que es competencia desleal. Además, en el App Store está prohibido redirigir a los usuarios desde las aplicaciones a otro sitio web para realizar la suscripción. Apple tiene todo atado y bien atado.

Veremos a ver qué servicio termina ofreciendo Apple, pero aunque todavía no ha llegado, ya está causando bastante revuelo.

 

Fuente: The Vergesoftzone