Los tiempos de los panfletos y las octavillas ya han quedado muy atrás. Hoy día, publicar en Twitter un mensaje y que al minuto sea leído por millones de personas tiene una mayor repercusión, tanto para lo bueno como para lo malo. Los políticos de nuestro país son conscientes de la necesidad de usar las redes sociales como Facebook o Twitter de forma eficaz para aprovechar sus cualidades de inmediatez y alcance. Ayer sin ir más lejos, Esperanza Aguirre, la candidata popular para la alcaldía de Madrid, lanzaba un mensaje en Twitter preguntando a los votantes qué les parecería contar con un servicio de Wi-Fi gratuito en la capital española.

La guerra de guerrillas de los candidatos políticos ha trascendido al mundo de las redes sociales.  De hecho, el Partido Popular ha demandado a UPyD por injurias y calumnias al publicar un tuit el pasado 20 de marzo en el que se podía leer: “Con B de ladrones, con B de corruptos, con B de estafadores: Génova se escribe con B de Caja B”.

La guerra en Twitter por los followers

Los casi 127.000 seguidores de UPyD fueron alcanzados por la publicación y las interacciones de los mismos con dicho tuit, ampliaron el alcance del mismo.  En este sentido, hacerse con un mayor número de seguidores también ha supuesto una pequeña batalla para las fuerzas políticas de cara a las próximas elecciones regionales y sobre todo pensando en las generales de final de año. Curiosamente, PP y PSOE no son las fuerzas políticas con mayor peso en Internet, a pesar de contar con la mayoría del poder en el hemiciclo. Es Podemos, la formación encabezada por Pablo Iglesias, la que lidera el ranking de seguidores en Twitter, con más de 590.000 followers. Por su parte, PP y PSOE andan parejas, con cerca de 242.000 seguidores cada uno y con una distancia entre ellos de apenas 200 usuarios.

En cuanto a los políticos, Pablo Iglesias casi roza el millón de followers, Mariano Rajoy le sigue con casi 789.000 y Pedro Sánchez, el último en entrar en escena, queda más atrás con unos 155.000. Desde hace meses, las sospechas y cruces de acusaciones entre los candidatos por el uso de cuentas falsas o bots, para hinchar ficticiamente el número de seguidores está a la orden del día.

Hay que destacar también la herramienta que han supuesto las nuevas tecnologías para acercar los votantes a la clase política. A la consulta directa gracias a Facebook o Twitter, se le ha unido la campaña que muchos políticos han hecho con WhatsApp, estableciendo una línea directa con los ciudadanos para conocer de cerca las inquietudes.

¿Creéis que las redes sociales se han convertido en un campo de batalla crucial para los políticos?

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Fuente: adslzone