Cada vez son más los teléfonos inteligentes “activados” y conectados a Internet de forma prácticamente constante. Esta puerta a la red de redes supone un enorme beneficio para los usuarios, que ya no necesitamos “sentarnos frente al ordenador” para cualquier tarea en Internet, pero también supone un riesgo para nuestros dispositivos de bolsillo. En cualquier caso, la llegada de sistemas operativos móviles mayoritarios como Android e iOS ha supuesto un mayor protagonismo para el malware, que ataca a cualquier dispositivo móvil.

Como consecuencia, también en los dispositivos móviles, se ha generado un mercado de seguridad basado, principalmente, en antivirus. Ahora bien, el funcionamiento de un teléfono inteligente, por su sistema operativo, no es el mismo que el de un ordenador y, del mismo modo, los intereses de desarrolladores que crean piezas de malware no son los mismos, así como tampoco son sus posibilidades. En cuanto a los teléfonos móviles, el mayor problema está, en la gran mayoría de casos, en los servicios de suscripción premium.

Suscripción a servicios premium de SMS

Algunas piezas de malware diseñadas para teléfono inteligente, gracias a los permisos que nosotros mismos concedemos con la instalación de la aplicación, son capaces de enviar mensajes SMS a servicios premium, lo que supone un importante beneficio económico para los diseñadores de este malware, y para nosotros puede suponer un aumento en el consumo mensual. Para evitar este tipo de estafas podemos optar por la instalación de un antivirus, o simplemente un auditor de privilegios -permisos- que nos alerte de forma automática cada vez que detecta una aplicación que solicita acceso a este tipo de acciones.

Sin embargo, las propias tiendas de aplicaciones de los principales sistemas operativos móviles nos ofrecen información detallada sobre los permisos que una aplicación solicita para su funcionamiento, y es aquí donde nosotros mismos debemos comprobar qué pretende hacer esa aplicación una vez instalada en nuestro teléfono inteligente o tableta. Evidentemente, aplicaciones “fiables” como WhatsApp necesitan este tipo de permisos, pero es algo normal teniendo en cuenta su funcionamiento, por lo que estamos refiriéndonos a aplicaciones que desconozcamos, o que provengan de una fuente o desarrollador no fiable.

Además, tanto en iOS como en Android, el propio sistema operativo móvil nos alerta de la solicitud de estos permisos. En el caso de iOS encontramos esta advertencia una vez ejecutada la aplicación, y justo en forma de solicitud -notificación emergente- cuando la aplicación quiere acceder a según qué, como el micrófono o la cámara, así como el envío de mensajes SMS. En Android, sin embargo, encontramos esta información detallada en el proceso de instalación de la aplicación.

Spyware y robo de información privada

Otro tipo de piezas de malware se encargan, una vez instaladas en nuestro dispositivo móvil, de recoger todo tipo de información almacenada en la memoria del terminal. Estos datos, en muchos casos, son vendidos a compañías dedicadas a la publicidad, de forma que puedan trabajar ajustándose al perfil concreto de su mercado. En otros casos, se utiliza para obtener credenciales de otros servicios y tener acceso a nuestros perfiles de redes sociales, por ejemplo. Por otra parte, y como último ejemplo, también hay aplicaciones que, directamente, roban nuestros datos bancarios almacenados, lo que es bastante más peligroso.

¿Necesito un antivirus en mi teléfono inteligente o tableta?

Conociendo este tipo de piezas de malware, entre muchas otras que podemos encontrar, llega el momento de cuestionarse si es necesario, o no, tener un antivirus instalado en nuestros dispositivos móviles. Como punto en contra de los mismos, hay que recordar que, igual que en el ordenador, consumen recursos de forma constante, lo que supone una pérdida de rendimiento y, por otra parte, una reducción de la autonomía. Además, en algunos casos mantienen notificaciones persistentes para no acabar con la ejecución del proceso, lo que también tiene como consecuencia perder espacio en la barra de notificaciones.

No obstante, lo fundamental de estos antivirus es que, cada vez que la empresa desarrolladora detecta una nueva pieza de malware, almacena la información en su base de datos y, por lo tanto, mantiene constantemente actualizado nuestro antivirus para actuar contra este tipo de ataques. Como ya comentamos con respecto a los ordenadores, no es necesario tener un antivirus instalado, lo cual no quiere decir que sea recomendable en muchos casos y, sobre todo, dependerá en función del perfil y los conocimientos del usuario.

 

Fuente: adslzone