De hecho es muy habitual que en todo tipo de foros y sitios relacionados con el soporte técnico de los teléfonos inteligentes, los usuarios estén constantemente preocupados por el estado de la batería de sus terminales. Así, notan, bien de primera mano o mediante el uso de otros elementos, que la capacidad de este componente disminuye con el paso del tiempo, aunque sea mínimamente. Por tanto, es frecuente ver mensajes que se preocupan por descensos al 95 o 90% de capacidad, algo a lo que en la mayoría de las ocasiones damos más importancia de la que tiene realmente.

En parte es algo normal, ya que sin una buena batería que funcione de manera correcta, nuestro teléfono no será más que un pisapapeles, pero eso sí, el estado de salud de la misma es un apartado apenas relevante con respecto al estado del propio dispositivo, al tiempo que esas mediciones casi siempre son incorrectas. Hay que tener en cuenta que esto es algo más difícil de medir con exactitud de lo que se podría esperar, ya que calcular la capacidad actual de una batería suele dar errores e inexactitudes significativas, por lo que los datos que obtenemos, en el mejor de los casos, es solo una aproximación.

Los teléfonos móviles sólo pueden medir la capacidad de la batería con precisión hasta cierto punto, algo para lo que afecta de manera directa la composición química y orgánica de la misma. Así, estos datos que obtendremos pueden variar en hasta un 10% o un 15% con respecto a los datos reales, diferencia muy alta en este tipo de mediciones.

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¿Hasta qué punto importa la salud de la batería?

Cierto es que con el paso del tiempo, todas las baterías se degradan, sus componentes químicos se descomponen, entre otras cosas, y en una línea de tiempo lo suficientemente larga, cada batería perderá suficiente capacidad para fallar de manera significativa, eso es innegable. Como resultado, su capacidad disminuirá gradualmente sin importar cuánto tiempo la carguemos.

Eso sí, al mismo tiempo hoy en día y por suerte para nosotros, las actuales baterías de ión de litio duran años antes de degradarse de un modo significativo. Por tanto, en la mayoría de los casos, la batería de nuestro teléfono inteligente va a durar dura más que la vida útil del propio dispositivo. Sí, su salud y capacidad disminuirá gradualmente con el tiempo, pero esa disminución poco o nada va a influir en el funcionamiento del terminal o para que su autonomía descienda drásticamente, a no ser que el componente esté dañado.

De hecho en estos momentos no es raro vender o reciclar teléfonos con un 90% de la capacidad de la batería, todo ello tras años de uso. Por tanto, sí, debemos intentar cuidar de un elemento tan importante en nuestros smartphones como es este, pero la preocupación por su salud tampoco debe ser tan importante como lo es para muchos hoy día.

 

Fuente: adslzone