
Una vez que tenemos instalado un sistema operativo Linux (Ubuntu, Debian, Mint, etc), para usarlo no tenemos más que pulsar el botón de encendido del PC y esperar a que cargue el sistema operativo. Igual que ocurre con cualquier otro sistema operativo, como Windows. Sin embargo, el proceso de arranque es un proceso bastante complejo, y además está dividido en varias etapas, cada una esencial para que nuestra distro pueda arrancar con éxito. Por ello, si conocemos este proceso de arranque, será bastante sencillo poder identificar y solucionar cualquier posible problema al que nos podamos enfrentar.