
La banda ancha de máxima velocidad es una realidad tanto en el terreno móvil como el fijo. Sin embargo, las estrategias de despliegue hacen que no lleguen al mismo tiempo a todos los habitantes de un país. Existen muchos intereses, sobre todo comerciales, que alejan estas tecnologías de las ciudades más pequeñas y de las zonas rurales. De hecho, un reciente estudio nos explica que vivir en una pequeña ciudad en España implica navegar 10 veces más lento con 4G.