Cada día son más los que cambian su procesador de textos tradicional por aplicaciones web como Google Docs, mientras que ya hace años que el propio GMail o Hotmail desterraron para muchos el cliente de correo (llámese Outlook, Thunderbird, Mail...), y tampoco es raro ya utilizar Dropbox para tener allá donde vayamos unos cuantos ficheros sin tener que llevar un pendrive encima.

Estas aplicaciones, aunque basan su funcionamiento en la nube, por ahora no son especialmente exigentes con el ancho de banda. No es normal subir a un servicio de almacenamiento on-line ficheros de varios GigaBytes de tamaño.

Sin embargo, nuevas apuestas como OnLive, del que ya hemos hablado en alguna ocasión y que pretende convertir a la nube en nuestra consola de videojuegos, sí son servicios que necesiten transmitir una gran cantidad de datos de forma continuada, ya que los juegos se ejecutan en servidores externos, pero los usuarios reciben por streaming las imágenes.

Las primeras mediciones indican que seis horas de juego en OnLive pueden requerir la friolera de 20 GB de tráfico transmitido, una cifra que significa un serio problema para los clientes de operadores que incluyen límites de volumen de descarga en los contratos.

Aunque aquí en España no es habitual exceptuando las tarifas de Internet móvil, en otros lugares como Estados Unidos es normal. En Europa también tenemos, por ejemplo, los casos del ADSL de BT en Reino Unido (pagando más por exceso), o las ofertas VDSL de Deutsche Telekom en Alemania (bajada de velocidad).

No deja de ser curioso que sea en Estados Unidos donde los límites de tráfico de datos esté más extendido, ya que servicios de streaming como Netflix gozan de buena salud allí, con varios millones de clientes.

Conforme se vayan haciendo más y más populares las aplicaciones de este tipo, puede multiplicarse el número de usuarios afectados por alcanzar el límite que la operadora le impone, y no significar menos del 1% actual según los datos de las propias proveedoras de conexión.

Para evitar una migración masiva de usuarios a operadores alternativos fuera de nuestras fronteras, es de esperar que los límites se relajen lo suficiente o, lo que sería más deseable, que desapareciesen.

 

Fuente: bandaancha