El Festival de Cine de San Sebastián comenzó con la demostración de la inutilidad de la futura Ley Sinde con la que la ministra de Cultura pretende acabar con las páginas web de enlaces en Internet. Apenas unos días más tarde, quién sabe si motivada por el ridículo en que quedó uno de los pocos proyectos creados por la política, Sinde anunciaba que dejaría su puesto tras el 20-N aunque fuese el PSOE el partido vencedor en las urnas.

Son dos meses el plazo que resta hasta los comicios y a tenor del ritmo seguido en el último año, Sinde no cumplirá con la prometida y necesaria reforma del canon digital. Recordemos que se cumple casi un año (11 meses para ser más concretos) desde que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) declarase este gravamen ilegal en su actual aplicación en nuestro país por aplicarse de una forma arbitraria y abusiva.

En las semanas siguientes a la sentencia del TJUE, no fueron pocos quienes aplaudieron la decisión salvo aquellos que habían defendido a ultranza esta tasa impuesta a soportes y dispositivos electrónicos para compensar a los artistas por el derecho de los ciudadanos a la copia privada. En los días posteriores al fallo, una ya cuestionada Sinde evitaba posicionarse respecto al mismo. Sin embargo, días más tarde, lejos de entonar el mea culpa, la ministra mostraba su apoyo al canon y afirmaba que suprimirlo equivaldría a limitar la difusión de la cultura.

Con estas declaraciones quedaba evidente una postura que se mantuvo en el discurso de González-Sinde en los meses posteriores. Con el inicio del nuevo año comenzaron las reuniones entre las distintas partes implicadas (salvo los ciudadanos, principales afectados por el pago de la tasa) señalando un plazo de tres meses para una reforma que nunca llegó a producirse.

Interminables meses de espera y excusas

En marzo de este año la Audiencia Provincial de Barcelona ratificaba la sentencia que absolvía a la tienda de productos informáticos Padawan y la eximía del pago del canon teniendo en cuenta lo decidido en Europa. A los pocos días, la ministra se posicionaba junto a las gestoras como la SGAE en la defensa del canon y afirmaba que el Ejecutivo pronto retocaría los "defectos de forma" del gravamen.

Las semanas se sucedieron y volaron las excusas por parte de González-Sinde ante el retraso por la esperada modificación. En junio aludía al "perfeccionismo de este Gobierno" para justificar el aplazamiento. Un mes más tarde estalla el escándalo en la SGAE por la trama de corrupción y desvío de fondos millonarios en el seno de la entidad. Esto servía para que los políticos anunciasen la reforma del canon aunque Sinde pedía paciencia.

Con este panorama llegamos al actual mes de septiembre, Sinde anuncia su marcha y el canon sigue sin haber sido reformado. Dos meses restan para que desaparezca del mapa político y mucho nos tememos que habrá que seguir esperando para que la tasa se modifique. Eso sí, como "regalo" tras su marcha, la ministra nos dejará la censora Ley Sinde y un imborrable recuerdo del claro ejemplo a no seguir en el mundo de la política.

 

Fuente: adslzone