Hace ya bastantes meses que dura la polémica sobre Google Street View, que empezó al saberse que se estaban recopilando datos básicos de las redes Wi-Fi (el nombre y la dirección MAC), y en algunos casos se llegaron capturar paquetes de datos en redes sin contraseña.

Esta información sobre las redes Wi-Fi se utilizó posteriormente para crear una gran base de datos que ayuda a que los smartphones sepan con más exactitud dónde se encuentran a través de Google Maps, y sin gastar tanta batería que cuando se tiene la antena GPS activa.

Hay que recordar que la dirección MAC del router es única en todo el mundo, con lo que se puede concebir como un dato personal más. Esto no es lo que piensa Google, que defiende su servicio argumentando que con los datos que se utilizan en la geolocalización de Google Maps no se puede identificar a nadie.

Sin embargo, esta captura de tráfico de datos por "error" generó bastantes problemas legales a Google, ya que las entidades encargadas de la protección de datos de varios países investigaron el caso.

Ahora, como respuesta a sus reclamaciones, a partir de finales de otoño Google abrirá la posibilidad de que un usuario de cualquier país del mundo pueda eliminar los datos referentes a su red Wi-Fi, y así no ser utilizada para los propósitos de geolocalización.

Algo muy similar, pero no igual, vimos ya hace un tiempo en Alemania, donde los ciudadanos podían instar a Google a que eliminara la fachada de su casa del servicio Street View.

 

Fuente: bandaancha