La popularización de teléfonos inteligentes que están orientados a utilizar con frecuencia la red de datos móviles, como los iPhone, Android o BlackBerry, ha generado un nuevo problema en la red que hasta hace apenas un año no aparecía, la saturación de los canales de control que la red móvil reserva para establecimiento de conexiones. El cuello de botella no está, por tanto, en la capacidad de transmisión de datos puros y duros.

El ahorro de batería de los smartphones sobrecarga las redes

La mayoría de las comunicaciones de datos tienen un perfil de ráfaga, es decir, el tráfico se envía mayormente en cortos espacios de tiempo, para luego mantenerse a la espera.

Esto hace energéticamente ineficiente tener constantemente la conexión de datos activa y, siendo la autonomía de la batería un aspecto clave en este tipo de dispositivos móviles, se incorporan protocolos de desconexión restaurando el enlace cada vez que, por ejemplo, se comprueba si hay correo electrónico nuevo.

Con cada establecimiento y cierre de la conexión, que puede haber cada día centenares por cada terminal de este tipo, se genera tráfico de señalización en la red.
Además, cada fabricante de móviles tiene su propio protocolo "Fast Dormancy" para este propósito, buscando una desconexión total.

Ante tal variedad, la norma 3GPP Release 8, una de las que rigen el funcionamiento de las tecnologías móviles, viene a poner cierto control con una función llamada Network Controlled Fast Dormancy que añade estados intermedios como de "letargo". Es decir, los móviles pasan a un estado de ahorro energético, pero sin desconectarse completamente de la red.

Sin embargo, esto sólo lo pueden hacer en las zonas donde la red sea compatible con este estándar, y se mantienen utilizando su protocolo propio en las demás áreas.

Apple fue la primera empresa en adoptar el estándar de la 3GPP con el lanzamiento de iOS 4.2, reduciendo el tráfico de control que sus iPhone 4 generaban en un 55% donde la red lo permite. Los Nokia con Symbian también siguen los mandados del estándar, pero Android parece no ser todavía compatible.

La diferencia entre ambas técnicas es muy clara: pasar de estado desconectado (idle) a activo requiere 30 mensajes de control, mientras que pasar de un estado intermedio (Cell_PCH) a activo, sólo 12, con el consiguiente ahorro en tiempo de establecimiento (2 segundos por 0,5 segundos).

Estas técnicas propias, por tanto, generan más tráfico de señalización en la red, que puede llegar a saturarla más fácilmente y dejarla inoperativa para cursar llamadas o conexiones de datos, aunque el usuario vea en su terminal que hay cobertura.
Además, el problema se agrava cuando, si un móvil no consigue abrir una conexión, vuelve a lanzar la petición a la red cargando más tráfico en los canales de señalización.

Como se puede ver en estos gráficos extraídos de un informe de Nokia Siemens Networks, aunque los smartphones generan sólo un 40% del tráfico de datos en las redes móviles, se llevan el 99% en los canales de control. Es bastante impactante ver cómo las BlackBerry apenas suponen el 2% de los datos, pero acaparan el 26% del tráfico de control (ver imagen que abre el artículo).

También se observa el comportamiento tan distinto del un smartphone y un portátil jugando on-line media hora:

¿Cobertura al máximo pero no consigues establecer una conexión de datos? Es la saturación por "signaling noise"

Las operadoras han ido incrementando su preocupación al respecto, y tiene pinta de que puede llegar a ser peor, ya que cada vez hay más dispositivos orientados a estar constantemente conectándose a las redes 3G: más teléfonos, tablets, portátiles…

Problemas en grandes ciudades o zonas turísticas

Fue en las grandes ciudades de Estados Unidos donde se vivió primero el fenómeno. También O2, filial de Telefónica en Reino Unido, ha lidiado con este problema, y ni siquiera asignar más espectro para estos canales de señalización lo solventaba completamente.

Aunque en España no ha habido revuelo, es algo que podría estar sucediendo en zonas turísticas actualmente pues no son pocos los que dependen de la conexión 3G para conectarse en segundas residencias u hoteles, y puede que sea la razón por la cuál en algunos puntos la telefonía móvil se comporta de modo errático.

Si bien es un problema que no tiene una solución inmediata, sí se insta a los fabricantes de equipamiento de red y terminales a que implementen el estándar de la 3GPP, ya que está pensado para que tanto el consumo de energía como el tráfico que soportan las redes encuentren el punto óptimo simultáneo.

 

Fuente: bandaancha