El ataque tenía como objetivo controlar la actividad en el servicio de altos responsables del gobierno estadounidense y surcoreano, militares, disidentes chinos, periodistas y activistas en favor de los derechos humanos.

El espionaje se pretendía conseguir con el robo de las contraseñas de los afectados mediante malware y phising, engañando a los usuarios, con ataques detectados desde la ciudad de Jinan.

En palabras de Eric Grosse, director técnico del equipo de seguridad de Google, “El objetivo de esos esfuerzos ha sido controlar el contenido de los correos de esos usuarios, y al parecer los perpetradores han usado las contraseñas robadas para reenviar y cambiar la delegación de esos correos“.

Desde Google aseguran tener dominada la situación a la vez que instan a sus usuarios a seguir unas medidas de seguridad extra antes de identificarse en Gmail, tal y como explican en el blog oficial de la compañía.

No es la primera vez que China ataca a Google, bien sea a cara descubierta -oficialmente- o desentendiéndose de supuestos piratas al margen de sus autoridades -oficiosamente-, como es el caso. Este es solo un nuevo capítulo del enfrentamiento.

 

Fuente: muyseguridad