La decisión se ha tomado en la reunión celebrada en San Francisco el pasado viernes, donde sus miembros aprobaron la creación del dominio .xxx por mayoría absoluta (8 a favor, 3 en contra y 4 abstenciones).

Hay que recordar que el ICANN no sólo se encarga de decidir sobre la creación de nuevos dominios de primer nivel (.com, .net, .org…) y de país (.es, .fr, .ca…), si no que también se dedica a gestionar el sistema de servidores raíz de DNS y asignar bloques de direcciones IP. Es, básicamente, el regulador del funcionamiento de Internet.

Discrepancias desde la propia industria del sexo

Con ello, se crea un ámbito especialmente orientado a las páginas de adultos en la red que, en principio y según la empresa detrás de la petición (ICM Registry), restringirá el fraude y la propagación de virus, además de que pondrá las cosas mucho más fáciles para que los administradores de una red prohiban el acceso a estas webs, ya sean menores en una casa o trabajadores en una empresa. Simplemente habría que filtrar cualquier nombre que usara el .xxx, suponiendo que las miles de webs de esta temática existentes migrasen a estos nuevos dominios.

Lo que no hay duda es que el negocio del sexo mueve muchos millones en Internet. Sin ir más lejos, ya hay solicitadas más de 200.000 pre-reservas de dominios .xxx y el nombre más caro de la red es sex.com, que se ha vendido varias veces, la última por 13 millones de dólares el pasado noviembre, lo que le valió para entrar en el libro Guinness de los récords. Todo ello, sin hablar de la publicidad que se suele ver por webs y los accesos de pago a contenidos eróticos.

Pasado el primer trámite, los .xxx dependen de más filtros

Sin embargo, el proceso no ha sido fácil. La solicitud se remonta al año 2000, fue aprobada en 2005 pero un año más tarde se retractaron y desde el 2007 estaba otra vez en discusión. Por supuesto, hay organizaciones en contra de este dominio .xxx: desde asociaciones religiosas hasta la propia industria del porno, que considera que creará más censura.

Ahora, una vez la ICANN lo ha aprobado, hay que sobrepasar alguna barrera más. La primera es de la propia Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información del gobierno norteamericano, que puede vetar la resolución. Luego, Verisign tendrá que que aceptar la resolución de esta última, algo que no debería ser problemático.

Sin embargo, los problemas más graves podrían llegar desde los administradores de los servidores raíz del servicio DNS, llamados root-servers, que se podrían negar a dar soporte a estos nuevos dominios. También podrían afectar tanto las leyes locales de dónde están situados esos servidores, y posibles filtros de operadoras.

En definitiva, estamos ante un primer paso para la existencia de los .xxx en Internet, aunque es muy probable que de no haber sido un dominio con una orientación tan clara hacia el sexo, no habría tantos problemas en ponerse en funcionamiento. Ya veremos.

 

Fuente: bandaancha