Si vamos a elegir una oferta de ADSL es importante tener en cuenta que esta tecnología es muy sensible a la distancia que hay entre nuestro hogar y la central, por ello es importante preguntar al operador este dato así como la velocidad estimada que vamos a recibir. Actualmente, todos los proveedores garantizan un mínimo de velocidad contratada (tasa de transferencia mínima) que es del 10% de lo prometido. Esto quiere decir que si un cliente contrata 20 megas y recibe sólo 2,1 estaría cumpliéndose el compromiso del operador y por tanto no se podría reclamar. En el mercado empresarial y modalidades de ADSL más caras la tasa de transferencia mínima es del 50%.

La mayoría de las reclamaciones están motivadas por problemas de velocidad o desconexiones. Por ello el Ministerio de Industria prepara una medida que obliga a los operadores a ofrecer el 80 por ciento de la velocidad prometida, en caso de que no sea posible técnicamente, directamente no podrán ofrecer el servicio.

No se debe olvidar un punto muy importante: si nuestra línea actual sincroniza a una velocidad inferior a la ofertada el cambio a otro operador bajo la misma modalidad no va a aportar una mayor velocidad de sincronización (no olvidar tasa de sincronización con velocidad real de navegación). Como he mencionado anteriormente la distancia física desde nuestro domicilio a la central es el parámetro de limitación. Sabiendo que otros proveedores ubican sus equipos en la misma central no podemos esperar una mejora visible. En los próximos meses llegarán a España otras tecnologías basadas en fibra óptica que mejorarán considerablemente la velocidad real de las conexiones.

Consejos importantes

La ley obliga a que las altas y bajas en la contratación de servicios se den en iguales condiciones, es decir, si para darse de alta en un servicio de telefonía vale una sencilla llamada de teléfono, también servirá una llamada para solicitar la baja en el servicio. Sin embargo conviene tomar precauciones para evitar facturas duplicadas o penalizaciones por baja anticipada.

En la página web del Ministerio de Industria, el cliente puede leer todos los derechos que le amparan en materia de acceso a Internet y telecomunicaciones. No obstante, algunas de las recomendaciones para cambiar de operador o dar de baja el servicio son las siguientes: en caso de que quieras cambiar de operador, debes contratar primero la nueva oferta y después solicitar la baja en el primer operador. Lo recomendable para evitar problemas a la hora de dar de baja un servicio de telecomunicaciones es llamar inicialmente a la empresa y enviar un burofax con acuse de recibo y certificación del texto. El envío cuesta 20 euros aproximadamente pero tiene validez legal en caso de que la empresa presente problemas para dar de baja el servicio. En el plazo de un mes a contar desde la presentación de la reclamación, debe llegar la respuesta de la compañía. Si ésta no es la que esperábamos o el mes acaba y no ha habido respuesta y el servicio sigue activo se inicia un nuevo plazo, esta vez de tres meses, en el que se puede recurrir a través de diferentes vías.

 El usuario puede acudir a las Juntas Arbitrales de Consumo siempre y cuando el operador esté sometido al sistema arbitral. Otra opción es acudir a la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información (SETSI) y presentar desde allí la reclamación.

Diferencias con otros países

España se encuentra muy lejos de otros países europeos donde las conexiones de más de 100 megas son una realidad. El problema fundamental es que continúa explotándose el ADSL y los operadores todavía no han desplegado redes de nueva generación. En Europa las tecnologías basadas en fibra (FTTH y VDSL2) son una realidad, por ello las velocidades son muy superiores y la experiencia de los internautas no tiene nada que ver ya que además de conexiones rápidas, reciben centenares de canales de televisión a través de su conexión a Internet.

Por ejemplo en Eslovenia uno de los operadores más representativos, T2 ofrece conexiones simétricas (misma velocidad de bajada y subida) desde un Mega hasta un Gigabit por segundo (1024 Megas). Los precios tampoco tienen nada que ver con la banda ancha española ya que una conexión normal de 20 megas simétricos cuesta 28 euros al mes. En otros países como Holanda, las ofertas también son ultra rápidas y las conexiones de más de 100 megas son una realidad. De hecho en Ámsterdam el propio Ayuntamiento está desplegando una red de fibra que ofrecerá 100 megas a los particulares y un Gigabit por segundo a las empresas. Los operadores también cuentan con ofertas interesantes basadas en VDSL2 o FTTH que garantizan velocidades tres o cuatro veces más rápidas que en España.

Otros países como Suecia o Francia también cuentan con ofertas de 100 megas y contenidos de televisión en alta definición. Es evidente que España se encuentra muy retrasada con respecto a sus homólogos europeos sin embargo si analizamos las conexiones que ofrece Telefónica en otros países también se aprecian importantes diferencias. Por ejemplo, en Reino Unido su filial O2 ofrece 20 Megas de bajada y 1,6 Megas de subida desde 19 euros al mes. En España esta misma oferta con la mitad de velocidad de subida (800 Kbps) cuesta 150 euros al mes. En otros países como República Checa o Alemania ofrece 8 y 16 megas respectivamente desde precios muy asequibles. Estas diferencias ponen de manifiesto que el ex monopolio español donde no domina el mercado ofrece mejores condiciones. Sin embargo en España como cuenta con más del 60 por ciento de la cuota de mercado tampoco realiza un esfuerzo importante para aumentar la velocidad o rebajar los precios.

Si comparamos la banda ancha española con otros países punteros en banda ancha como Corea del Sur o Japón las diferencias son abismales. A partir del 1 de octubre el operador KDDI lanzará en Tokio una oferta de un Gigabit por segundo desde 35 euros al mes. Con esta velocidad un usuario puede descargar un CD de música en sólo 7 segundos y además puede recibir varios canales de televisión en ultra alta definición (UHDTV). Esta tecnología proporciona una imagen cuya calidad es 16 veces superior a la Alta Definición y hasta 75 veces superior al sistema PAL (768x576). La calidad de imagen de estos contenidos es espectacular con más de 4000 líneas de escaneo horizontal y una resolución de 7680x4320.

En España sólo hay un operador en este momento que ofrece 100 megas, se trata de Adamo que es una empresa que ofrece sus servicios en las cuencas mineras del Principado de Asturias y que utiliza una red de fibra óptica desplegada por el Gobierno regional en las zonas donde no llegan los operadores tradicionales. Es una iniciativa pública donde la Administración despliega la red y el resto de operadores puede explotarla con ofertas atractivas.

Banda ancha ultrarrápida

La Comisión de Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) está preparando la regulación definitiva de las redes de nueva generación que marcará el futuro de la banda ancha en España. Previsiblemente en diciembre estará lista.

En los próximos meses se espera el lanzamiento de conexiones de 30, 50 y 100 megas por parte de los proveedores más representativos. En el caso de Telefónica a partir del mes de noviembre lanzará las primeras ofertas comerciales de 30 megas en doce provincias españolas, Álava, Barcelona, Las Palmas, Madrid, Málaga, Murcia, Sevilla, Santa Cruz de Tenerife, Valencia, Valladolid, Vizcaya y Zaragoza. La tecnología que empleará será fibra óptica hasta el hogar y VDSL2 que, aunque emplea par de cobre proporciona mayor ancho de banda. Asimismo en diciembre pondrán en marcha un plan piloto para ofrecer 100 megas.

El operador de cable ONO ha lanzado en Madrid la primera oferta comercial de 50 y 100 megas aunque los precios nada tendrán que ver con las ofertas europeas y la velocidad de subida será de sólo 3 y 5 megas respectivamente. Los operadores de cable locales como R o Euskaltel también preparan modalidades de 100 megas para competir con Telefónica.

A pesar de estas iniciativas interesantes, España se encuentra muy retrasada y la llegada de estas ofertas va aumentar la brecha digital en el ámbito rural donde los internautas pueden acceder a velocidades de 512 kilobits por segundo. Una velocidad ridícula para un país europeo como el nuestro que pretende situarse en el grupo de los más desarrollados del Planeta.

Fuente desde: adslzone