El joven ciberpirata fue acusado de infiltrarse entre septiembre de 2005 y noviembre de 2006 en los sistemas informáticos de la NASA, los departamentos de Energía y Marina de Estados Unidos y varios centros tecnológicos y de defensa.

El rumano atacó 150 ordenadores de la NASA que contenían datos científicos (incluidos programas espaciales y nuevo tipos de tecnologías), y utilizó las contraseñas del personal autorizado y los vínculos de seguridad de estos servidores en la red, para crear una red de chat para sus contactos.

Faur, hijo de un conocido médico rumano, reconoció parcialmente haber penetrado en los sistemas informáticos de NASA y de otras instituciones de EEUU, aunque sostuvo que lo hizo por casualidad tras recibir algunos datos por parte de uno de sus contactos de Internet.

Fuente desde: El Pais