El mótivo, cómo no, son las tarifas abusivas que la SGAE les cobra en concepto de representaciones teatrales. Tarifas que, según un responsable de Ópera XXI ponen en peligro la propia actividad de los teatros y “van a acabar con la cultura”. Aparte del cánon, la SGAE se haría con el 10% de los ingresos en taquilla, estaría cobrando por el alquiler de las partituras y hasta por las representaciones gratuitas de teatro de calle, según la noticia publicada por el diario.

En principio, cuando un autor fallece y la propiedad intelectual de su obra pasa a sus herederos, estos sólo pueden ejercer ese derecho durante 70 años. En rigor, la SGAE no puede cobrar, por tanto, cánon, por obras clásicas de Mozart, Verdi o Strauss. Pero en la SGAE, que saben mucho sobre recaudar, han descubierto otra vía para sangrar a los teatros. En la mayor parte de estos casos, las partituras clásicas son gestionadas por el Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU) que es quien las alquila a los teatros. El citado organismo debería ser independiente. Sin embargo, no sólo comparte sede con la SGAE, sino que su Presidente es un tal Teddy Bautista y su Director General también es empleado de la SGAE. Todo queda en casa.

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Cuando las partituras son las llamadas “Ediciones críticas” (obras que modifican la partitura original) la SGAE puede cobrar cánon durante 20 años. Sin embargo, y tal y como denuncian los teatros a “El Economista”, cobran este impuesto privado más allá de este período.

Por si esto fuera poco, los teatros también están descontentos con el último proyecto de Teddy Bautista. El Presidente de la SGAE está utilizando el dinero de esta peculiar ONG (y que se supone es dinero de los autores) para comprarse una red de teatros que ha llamado Arteria. Según Opera XXI, esta red podría suponer un caso de competencia desleal.


Fuente desde: tuexperto