"Las medidas españolas que podrían permitir un procedimiento para cortar Internet sin un proceso judicial previo van a entrar en conflicto con la ley europea", declaró ante el desconcierto de propios y extraños, que se habían levantado leyendo que el Parlamento Europeo había aprobado la polémica directiva que daba a cada gobierno la posibilidad de pasar olímpicamente de ordenes judiciales y de dejar sin Internet a quien le apetezca siempre y cuando se monte un paripé extrajudicial con apariencia de “justo e imparcial, que incluya el derecho del usuario a ser escuchado".

Esto, junto con que la ínclita ministra González-Sinde ha murmurado en alguna ocasión que piensa dedicarse a fastidiar a las páginas webs de enlaces de descargas, no a los usuarios, y que se abandonó la idea de seguir el modelo francés, ha dejado patidifuso a más de un asistente a las Jornadas, incluyendo al presidente de la CMT, anfitrión del acto, Reinaldo Rodríguez, que, retorciéndose las manos por las esquinas, como alma en pena, aseguró a todo el que le quiso escuchar, y a algunos más que pasaban por allí, que todo era un malentendido, que ni Viviane no quería decir eso ni la normativa española será contraria a las directrices de la UE.

No obstante, la redacción de las normas que se aplicarán en España andan muy avanzadas, se conocerán en breve, y no faltó quien aseguró, a pesar de los lamentos y rasgarse vestiduras oficiales, que la Comisaria Europea no andaba descaminada al advertir e invitar “a las autoridades españolas a tener contactos con la comisión (europea) antes de ir en una dirección que resultará en un callejón sin salida", que las filtraciones que le habían llegado eran muy ciertas y que sabía muy bien lo que decía.

Malentendido o que nos están preparando una burrada tal que deje pequeño (más) a Sarkozy, a saber.


Fuente desde: adslayuda