En octubre de 2006, el usuario solicitó portar su número fijo y ADSL a Jazztel. La empresa tardó cerca de un mes en tramitar el cambio y cuando se suponía que estaba completado, el usuario se quedó sin servicio. Tres meses después y sin recibir una solución, el afectado solicitó la anulación del contrato y una indemnización a la compañía. La respuesta de Jazztel fue ofrecerle como compensación una cantidad inferior a la que reclamaba el usuario. Finalmente el caso se llevó ante los tribunales.

La sentencia concluye que dejar a un usuario sin teléfono e Internet durante tres meses constituye para el usuario "una incomodidad que el mismo no estaba obligado a soportar" y que es suficiente razón para "conceder al cliente perjudicado una indemnización por el daño moral que se le ha causado".

La versión de Facua puede leerse en su web.

 

Fuente desde: bandaancha