Cada vez hay menos portátiles que lleven disco duro de serie

Los discos duros tienen tres principales mercados: los ordenadores de sobremesa (incluyendo workstations), portátiles y servidores. En sobremesa sí se suele incluir un disco duro, ya que el peso o el tamaño no suelen importar mucho, y siempre se agradece tener al menos 1 TB de almacenamiento extra. Sin embargo, lo que sí suele incluirse ya casi siempre es un SSD. En el segmento de los servidores los discos duros siguen siendo imprescindibles, ya que son más baratos para almacenar información, y se puede obtener un buen rendimiento de ellos si se utiliza un SSD como caché tal y como se hace en la actualidad.

Sin embargo, en los portátiles, los discos duros tienden cada vez más a desaparecer, sobre todo en los finos y más ligeros. Equipar una bahía de 2,5 pulgadas ocupa demasiado espacio, y los SSD M.2 ofrecen un excelente rendimiento, poco espacio, y actualmente ya el mismo coste que un disco duro de 1 TB.

Así, un disco duro interno de 2,5 pulgadas para portátiles cuesta apenas 50 euros, y su rendimiento es malísimo, además de añadir peso y hacer ruido. Sin embargo, por ese mismo precio ya encontramos unidades SSD de 256 GB, por lo que los fabricantes pueden equipar indistintamente uno u otro. Por ejemplo, este Crucial MX500 de 250 GB cuesta también casi 50 euros.

Los portátiles con disco duro de serie van a quedar relegados a la gama alta

Con un SSD de 128 GB había dudas hace un año, pero actualmente con 256 GB los usuarios tienen más que suficiente, y además se pone de manifiesto otra obviedad: es imprescindible tener un SSD en 2019, y un disco duro no lo es. No hay ningún motivo para no equipar uno en un ordenador, ya que es preferible tener un portátil con SSD con un cuarto de capacidad con respecto al disco duro. Usar un ordenador que sólo lleve un disco duro es ponerle un cuello de botella innecesario al procesador, ya que los tiempos de carga van a ser, mínimo, tres veces superiores, y vamos a saturar la unidad con suma facilidad.

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La bajada de precio de los SSD ha propiciado que los ordenadores que los incluyen de serie no hayan parado de aumentar. Hace unos meses, se supo que ya eran más de la mitad los portátiles que llevaban SSD de serie. Ahora, para finales de 2019, la cifra será del 60%. Y la cifra va a seguir aumentando, y donde algunos fabricantes equipan SSD SATA en formato M.2, los próximos pasarán a ser ya NVMe, que llegan a ser hasta seis veces más rápidos en la actualidad.

De hecho, Phison, que fabrica controladores para SSD, afirma que los SSD PCIe 4.0 no sólo superan ya los 5 GB/s, sino que superarán los 6,5 GB/s el año que viene.

 

Fuente: Guru3D | adslzone