Razones para pensar que una tarjeta microSD es falsa

Y es que esas tarjetas no ofrecen la capacidad que afirman tener. Lo primero que nos debe echar para atrás a la hora de comprar una tarjeta SD o microSD barata es que no tenga marca. Si en la foto no aparece ninguna marca conocida, de entrada ya debemos empezar a sospechar.

En estas tarjetas solemos almacenar datos muy sensibles e importantes, como suelen ser las fotos. Usar una tarjeta china es una lotería y pone en riesgo todo su contenido, ya que no conocemos nada sobre su durabilidad, garantía o rendimiento.

Este tipo de tarjetas son fáciles de identificar. En primer lugar, se suele usar una foto genérica como la que hay justo encima, donde no hay ninguna referencia a ninguna marca. Los nombres de la ficha del producto suelen ser inventados, donde suelen variar, pero al final el producto falso es el mismo y tiene el mismo origen.

El precio es otro factor que debe ponernos alerta. No puede ser que una microSD de 128 GB valga 28 euros, y una cuya tecnología apenas acaba de salir valga sólo 20 euros. Además, si buscamos tarjetas de capacidad similar nos encontramos que 400 GB valen 123 euros, o 256 GB valen 60 euros.

Si es una página conocida como Amazon, seguramente encontraremos decenas de opiniones negativas relacionadas con el producto. Sin embargo, algunos pueden tener muchas de 5 estrellas porque determinadas webs pueden permitir escribir reviews sin ni siquiera haberlo comprado. En estas páginas también tenemos que analizar la descripción del producto, ya que en muchos casos incluso están copiadas de webs oficiales de otras marcas.

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El truco que usan para que aparezcan 512 GB cuando en realidad tienen 16 o menos

Si ya has cometido el error de comprar una de estas tarjetas, al conectarla al ordenador o a cualquier dispositivo verás que efectivamente aparecen 512 GB de capacidad en el PC (sí, exactamente 512 GB, y no menos como suele ocurrir). Sin embargo, cuando empiezas a copiar archivos en ellas la velocidad de escritura será extremadamente lenta (de unos pocos KB/s), o al llegar a una determinada cantidad de memoria ocupada no se copiarán nuevos archivos a ella al acabar en una especie de bucle. Las tarjetas suele llegar finalmente a bloquearse y obliga a formatear, además de que corrompe muchas copias de archivos, y en ocasiones se llegan incluso a perder.

Además de con 512 GB, este tipo de falsificaciones se extienden a otras de menor capacidad como 128 o 256 GB, donde puede llegar a ser más difícil diferenciarlas de las reales. Por ello, os recomendamos que sólo compréis tarjetas en tiendas fiables y de marcas conocidas como Samsung, Sandisk, Kingston, Lexar o Toshiba.

 

Fuente: adslzone