La apertura variable se consigue cuando existe este diafragma. Este elemento puede abrirse y cerrarse para permitir una mayor o menor entrada de luz a la cámara. La apertura se mide en números f, y el salto entre valores se denomina paso. Estos pasos determinan si la luminosidad se duplica o divide entre dos en fuinción del aumento o reducción. Esto quiere decir que una apertura f/11 supondría el doble de luminosidad que f/16, y mientras que sería la mitad que f/8. La forma más fácil de interpretar si se consigue mayor o menor luminosidad es tan sencilla como comprobar un mayor o menor valor de f, un mayor o menor paso.

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La apertura de la cámara determina la luminosidad máxima, el máximo de luz que puede penetrar al sensor del dispositivo

Y entrando algo más de lleno en los teléfonos inteligentes, la apertura es un valor fijo que determina la luminosidad máxima de la cámara. El control de iluminación resultante, sin embargo, se ajustará con otros parámetros como la exposición o el ISO, que es un sistema de compensación de la sensibilidad. A mayor sea la apertura de la cámara, más luz podrá penetrar el sensor y, por lo tanto, más información tendrá el sensor sobre la situación que está capturando. Si la luz que penetra el sensor es reducida, entonces se podrá compensar con una mayor exposición o un valor de sensibilidad ISO más elevado.

El problema, en lo anterior, es que una mayor exposición implica captar lo mismo durante más tiempo, luego inviable en tomas dinámicas si no queremos estelas. Y en el caso de la sensibilidad ISO, aunque se puede conseguir una iluminación mayor resultante, se hará a costa de ruido y granulado en la imagen final. De ahí que sea tan importante una apertura elevada para conseguir las mejores fotografías bajo cualquier circunstancia, aunque especialmente en fotografías con baja iluminación.

 

Fuente: adslzone