El polvo entra al ordenador por cualquier pequeña ranura que éste tenga. Con el paso de los meses, éste puede ir acumulándose en determinados componentes clave del ordenador, como el disipador del procesador, el disipador de la tarjeta gráfica, o incluso llegar a atascar algún ventilador si dejamos pasar demasiado tiempo sin limpiarlo. Esto puede provocar que la temperatura del ordenador suba, haciendo que el rendimiento de nuestro ordenador pueda disminuir si éstas son muy elevadas, o incluso llegar a romperse.

Las cajas más modernas cuentan con el menor número posible de ranuras para evitar la entrada de polvo, así como también con filtros de polvo en todos los huecos posibles. Gracias a ellos, las partículas más grandes no entran en el ordenador, así como se tarda mucho más en acumular una gran cantidad de polvo en su interior, limitándose a un poco de partículas finas de polvo sin que se acumule una gran cantidad al unirse al pelo.

Mejor prevenir que limpiar

Como primer truco, algo que puede parecer muy tonto (pero no lo es) es tener el ordenador en una zona relativamente elevada del suelo. El suelo es donde se suele acumular la mayor cantidad de polvo, al ser donde caen todos los restos de comida, pelos, carne o tierra, que al final es lo que facilita la formación del polvo.

Mantener el ordenador en una posición elevada permite reducir significativamente la exposición al polvo del ordenador, haciendo que los ventiladores que cogen aire limpio en el PC lo hagan directamente desde una zona elevada, y no desde el suelo. Una buena opción para poner la torre del PC puede ser una mesa auxiliar tipo Ikea Lack. Cuanto menor sea la superficie alrededor del PC, menos polvo podrá recoger de fuentes cercanas.

Cómo limpiar el interior del ordenador

Lo primero que tenemos que hacer es desconectar el ordenador de la corriente y quitar todo tipo de periféricos que tengamos conectados, como altavoces, teclado o ratón, así como también desactivar el interruptor de la fuente de alimentación para que la descarga sea completa.

Una vez lo tengamos abierto, podemos proceder de distintas maneras dependiendo de lo sucio que esté el ordenador por dentro. El aire a presión suele ser la mejor manera para sacar el polvo del interior de nuestro ordenador. Nunca debemos introducir ningún tipo de contenido acuoso en su interior (ni agua, ni alcohol).

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Para usar aire a presión, tenemos cuatro métodos: un soplador para cámaras, comprar botes de aire comprimido, utilizar un inflador de pie para colchones con boquilla fina, o utilizar compresores de aire, tanto si podemos comprar uno como si podemos usar el de alguna gasolinera o taller. En Aliexpress venden sopladores de aire a presión por apenas 33 euros, por lo que si vas a darle uso, es una gran opción.

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Otra manera muy sencilla de quitar el polvo es utilizar una brocha de pintar, de las anchas. Gracias a ella, podemos limpiar los recovecos de los disipadores y otros huecos difícilmente accesibles. Ambos métodos es recomendable realizarlos en una zona de exterior, como una terraza o una zona exterior. También es recomendable pasarle la aspiradora al ordenador para evitar que queden determinados restos de polvo.

Para una limpieza a fondo, lo mejor es desmontar los componentes más fáciles de quitar y que más polvo acumulan, como es el caso de los ventiladores o la tarjeta gráfica. Así, podremos limpiarlo de manera más cómoda, y no tenemos que realizar un montaje demasiado complejo posteriormente, como sí ocurriría si queremos quitar el disipador del procesador para limpiarlo.

Cómo limpiar el portátil

Mientras que en un ordenador de sobremesa lo tenemos más fácil, ya que sólo hay que quitar la tapa lateral, en un portátil es más complicado limpiarlo por dentro. Además de tener que desmontar varias tapas, el ventilador y el disipador suelen encontrarse en las partes más recónditas del portátil, haciendo necesario desmontar incluso la placa base en muchas ocasiones.

Por ello, o utilizamos algo para soplar a presión por los agujeros de la parte inferior de entrada del aire, o desmontamos el ordenador para limpiarlo. En el caso de que optemos por esta última opción porque no tengamos más remedio, debemos preparar unas cuantas horas de nuestro tiempo, así como vídeos o guías donde se desmonten modelos similares al nuestro, y mantener todo lo que vamos quitando de manera ordenada.

Cómo limpiar el teclado, ratón y pantalla

Por último, los periféricos que más utilizamos también acumulan polvo y otros restos. Este es el caso del teclado, el ratón o la pantalla.

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En el caso de que tengamos un teclado mecánico, su limpieza es realmente sencilla, pues los mecanismos están siempre cubiertos y no entra la suciedad, quedándose ésta en una superficie estanca la cual es muy fácil limpiar. Esta superficie podemos limpiarla con una brocha o pasarle el aspirador. En cuanto a las teclas, es conveniente extraerlas y limpiarlas con un paño humedecido con alcohol una a una para desinfectar los posibles microorganismos que en ellas haya debido al contacto directo con nuestras manos y quitarle los restos de grasa. Para teclados de membrana, el procedimiento es muy similar.

El ratón tiene pocos huecos, y lo más conveniente es limpiar la superficie con un paño humedecido con alcohol para eliminar restos y la grasa que en él hayamos depositado.

Por último, la pantalla es probablemente el periférico más delicado. Podemos utilizar agua destilada en un paño de microfibra, y si queremos saber más, podemos recurrir a la guía de nuestros compañeros de HardZone, donde nos explican cómo limpiar correctamente la pantalla del ordenador.

 

Fuente: adslzone