El propio Steve Jobs presentó el primer iPhone como una mezcla de un iPod, un teléfono y un dispositivo conectado a Internet. Era básicamente mezclar los dos conceptos existentes de teléfonos y Pocket PC en un dispositivo que permitiera evitar el tener que utilizar dos y hasta tres dispositivos contando que todos teníamos también un MP3 para reproducir música.

El sucesor natural en el mercado de los sistemas operativos para Pocket PC de Microsoft fue Android, y en menor parte, iOS. De ese cambio todavía no se ha recuperado Microsoft, cuyas últimas cifras de ventas en el mes de octubre de teléfonos móviles dejan bastante que desear, contando con sólo un 0,3% de cuota de mercado en España, mientras Android supera cómodamente el 90%.

Android, algo más que un sistema operativo móvil

Una de las grandes diferencias que hay entre iOS y Android, es que el primero está más pensado para teléfonos móviles, para lo bueno y para lo malo. Es un sistema operativo cerrado y pensado para un número limitado de dispositivos. Esto permite mejores optimizaciones, pero también limita mucho las posibilidades que puede llegar a tener un móvil para ser algo más que un teléfono.

Android, por otro lado, es código abierto y tiene un abanico de posibilidades mucho mayor. Esto lo podemos ver en la gran variedad de dispositivos con Android que hay en el mercado, como móviles, tablets, o los reproductores multimedia que tanta popularidad están teniendo desde hace dos años.

Android tiene Linux en su corazón, y por tanto tiene un gran abanico de posibilidades de personalización y una extraordinaria versatilidad. En sus primeros años, este sistema operativo móvil bebió mucho del diseño de iOS y de las características de sus teléfonos, pero al final el alumno acabó superando al maestro en pocos años.

A nivel de personalización, ser root en Android significa poder cambiar hasta el más mínimo detalle para poner el teléfono a nuestro gusto. Por ejemplo, con Xposed Framework y Gravity Box podemos realizar una vasta cantidad de modificaciones, como añadir un contador de tráfico de datos, personalizar el comportamiento del LED de notificaciones (que iPhone no tiene) a nuestro gusto de color o frecuencia, remapear los botones del móvil, y un sinfín de opciones.

En la actualidad, en Android se puede realizar una gran cantidad de tareas que hacen que el teléfono móvil sea casi más un ordenador en la palma de la mano que un móvil. Por ejemplo, tenemos multitarea a pantalla partida, pudiendo utilizar dos aplicaciones a la vez en tiempo real. En Android también encontramos un escritorio similar a lo que podemos encontrar en un sistema operativo de escritorio como Windows, y podemos convertir el móvil en una consola enchufada a la TV.

A un móvil Android se le pueden conectar memorias USB (en los últimos modelos de iPhone también) o hasta discos duros, así como teclados, ratones o pantallas. Incluso un proyecto de Kickstarter ha creado un portátil llamado SuperBook que aprovecha la potencia de nuestro móvil para tener una experiencia de escritorio en un ordenador portátil por 119 dólares. En definitiva, un sinfín de posibilidades en nuestros teléfonos.

2017: año muy prometedor para los dispositivos móviles

Un objetivo que tienen los sistemas operativos móviles es ir incorporando cada vez más y más funciones de los sistemas operativos de escritorio. Un ejemplo claro de esto lo vemos en que por ejemplo la aplicación de Adobe Lightroom para tablets se va pareciendo cada vez más a la versión de escritorio.

De hecho, la entrada de Windows en el mundo de las tablets ha sido muy bien recibida, y por ejemplo muchos fabricantes chinos ofrecen tablets con versiones que permiten ejecutar tanto Android como Windows bajo procesadores Intel de la serie Z-8000. Estos procesadores tienen una potencia muy limitada, y no pueden ni reproducir un vídeo Full HD de YouTube. Además, Intel va a dejar de fabricar esa gama de procesadores y centrarse en otros más potentes para este tipo de tablets.

Por suerte, ayer saltó la noticia de que Qualcomm y Microsoft han trabajado conjuntamente en una versión de Windows para procesadores ARM que permiten ejecutar mediante emulación cualquier programa de Windows. En la demostración pudimos ver un programa pesado como es Photoshop o un juego para web como World of Tanks. El mismo programa que funciona en procesadores x86 funciona en procesadores ARM.

En la demostración utilizaron un Snapdragon 820, el cual equivale en palabras de Qualcomm a un Intel Core i3, superando a los Core M que utilizan por ejemplo las Surface más baratas. Esto permitirá lanzar dispositivos como tablets el año que viene que equipen el nuevo y potente procesador móvil Snapdragon 835.

Incluso Microsoft podría lanzar el primer Surface Phone, y ofrecer de una vez por todas su sistema operativo completo en la palma del móvil sin ni siquiera necesitar Continuum, y cerrando un ciclo de 10 años en el que la tecnología ha avanzado a pasos agigantados, y que seguro que nos depara cosas aún mejores en los 10 siguientes.

 

Fuente: adslzone