Me voy a permitir el lujo de asegurar que la realidad virtual es apasionante, una afirmación subjetiva en un artículo de opinión, así que nada descabellado, ¿no? Y partiendo de esta base, quiero conocer con vosotros algunos de los proyectos más interesantes en torno a esta ‘nueva tecnología’ que, no nos engañemos, viene del ámbito militar al mercado de consumo.

¿Qué es realmente la realidad virtual?

Vamos viéndola, según las empresas inmersas en esta tecnología avanzan, en proyectos relacionados con el ocio y, principalmente, los videojuegos. En su definición más escueta, no obstante, es una tecnología que rompe el espacio-tiempo tal y como lo conocemos para crear realidades alternativas en las que, además, es posible interactuar. Que dicho así, efectivamente, suena a Chino. Y traducido a algo más terrenal se refiere a la creación de entornos inmersivos paralelos a la realidad en los que un sujeto puede interactuar con un espacio y un tiempo creados por ordenador, luego colocándonos una de estas gafas o cascos podemos introducirnos en un ‘mundo inventado’ que no cumple con las normas de nuestra realidad, sino las de una creada por ordenador.

Una realidad alternativa a la nuestra, creada por ordenador

Y las limitaciones de esta tecnología son casi inexistentes, lo que hace que sea absolutamente brillante y aplicable a casi cualquier entorno. Pero como ya comentaba, por el momento sus capacidades se están explotando, casi de forma aislada, al mundo gamerAl menos, eso es lo que creen los que están comenzando a descubrirla, sobre todo, gracias a que ya existen dispositivos económicos como las Google Cardboard de apenas 30 euros, o las Samsung Gear VR de 100 euros.

En este campo, el de los videojuegos, ya no se trata de ver esa realidad encerrada en un televisor o un monitor e interactuar a través de un mando físico, sino directamente introducirnos en lo que se denomina experiencia inmersiva y ser partícipes de esa realidad creada por ordenador. ¿Te parece poco? Antes -y aún ahora- todo pasaba por mirar imágenes del televisor, mientras que la realidad virtual nos permite ver directamente, como si lo estuviéramos viviendo en primera persona.

Medicina

El anterior es un ejemplo de las aplicaciones en medicina para la realidad virtual. Imaginad un paciente que sufre aerofobia, que es el pánico a volar que a muchos les impide viajar en avión. Pues bien, la realidad virtual nos da la posibilidad de, a la par que un tratamiento estándar, exponer al paciente a situaciones de realidad virtual en las que se afronta esta fobia. Y no hay que pasar por un avión de verdad, ni hay que comprar simuladores costosos. No, unas simples gafas de apenas 100 euros pueden colocar a un paciente ‘en vuelo’ a través de la realidad virtual. Un tema curioso, pero lo interesante es que hay centenares de aplicaciones de este estilo en el campo de la medicina.

Por ejemplo, y sencillamente por reforzar la tesis, el estudio de la medicina. Sí, el joven que ahora está en la universidad, pero que dentro de algunos años podría tenerte frente a sí en un quirófano, con el bisturí en la mano y sedado pendiente de una operación de corazón –a vida o muerte-, gracias a la realidad virtual puede exponerse a esta situación una y mil veces, con prácticas inmersivas de realidad virtual. -Yo me siento más seguro si lo hace, no sé tú-.

Educación

El punto anterior ya tenía que ver con la educación, pero hay mucho más. ¿Qué te parece si el que dentro de unos años diseñará el avión en el que vueles, hoy puede ver cada pieza mecánica y aprender sobre su funcionamiento en la realidad virtual? -A mí se me ha vuelto a escapar un suspiro-. Pues es posible y muy recomendable, porque además supone reducir los costes de la enseñanza de una forma más que conveniente para que muchos más puedan acceder a la formación en cualquier ámbito. A fin de cuentas, ese aprendizaje de error-acierto se hace notablemente más barato.

Comunicación

Las videollamadas son sin duda uno de los avances más importantes en la comunicación por Internet, pero el próximo gran salto está aquí, en la realidad virtual. Y por ello no es en absoluto extraño que Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, haya querido meterse de lleno en esta tecnología. Ver en una pantalla plana la imagen en tiempo real de una persona a cientos de kilómetros es fantástico. Esto es, de una forma escueta, la videollamada. Pero la realidad virtual promete tener encuentros virtuales inmersivos en los que, como si las dos personas estuviesen juntas de forma física, puedan interactuar. Impresionante.

Y otros muchos usos

Y además de los anteriores, que a mi juicio y sin bucear demasiado parecen los más interesates, hay otras aplicaciones. En el ámbito militar, que es por donde arrancaba, esta tecnología propone situar a los soldados -y no soldados- en el campo de batalla sin riesgo alguno, y como preparación antes de tener que enfrentarse a una situación extrema. Honestamente, no me apasiona demasiado pensar en ello, pero no deja de ser una aplicación conveniente e importante, y ahí queda.

 

Fuente: adslzone