Y es que la citada organización ha prohibido de forma temporal transportar baterías de litio-ion en aviones civiles por temas de seguridad aérea. Esta decisión ha sido tomada teniendo en cuenta el riesgo que supone el transporte de este tipo de componentes en estas zonas del avión, ya que esto acarrea más riesgos de los que inicialmente nos podemos pensar.

Varios test realizados por la FAA, han demostrado que los sistemas contra incendios automáticos con los que cuentan hoy en día los aviones comerciales no permiten la extinción de un incendio provocado por la explosión de este tipo de baterías. Aunque se trata de un hecho que a priori podría producirse de forma aislada, lo cierto es que son varios los casos que han salido a la luz en los que baterías de litio-ion han salido ardiendo.

Si recordamos, en el año 2010 un Boeing 747 de una conocida empresa de transporte se estrelló poco después de que se iniciase un incendio en la bodega del avión provocado por baterías de litio-ion que transportaba. En tan sólo unos minutos el humo era tan denso en la cabina de los pilotos que no pudieron controlar los instrumentos de vuelo. En 2013 hubo otros dos casos graves de sobrecalentamiento de baterías de litio que obligaron a realizar aterrizajes de emergencia.

Esta prohibición que entrará en vigor a partir del próximo 1 de abril y que también ha sido reclamada por las compañías aéreas y las asociaciones de pilotos por temas de seguridad, no significa que no vayamos a poder llevar nuestros smartphones, tablets u ordenadores portátiles con nosotros en el avión. Pero estos deberán ir con nosotros en la cabina de pasajeros y nunca en nuestras maletas facturadas que se almacenan en las bodegas de los aviones.

Aunque el riesgo parece que es el mismo en un sitio u otro, la asociación afirma que cualquier incendio que se produzca en la cabina de pasajeros o de los pilotos podrá ser fácilmente apagado, mientras que los que se produzcan en las bodegas podrían ocasionar grandes catástrofes.

 

Fuente: Expansión | adslzone