La distribución QWERTY, que actualmente es la más extendida en la mayoría de dispositivos, se patentó en el año 1868. Está diseñada con la intención de optimizar la mecanografía basándose en el inglés,y más concretamente para permitir utilizar las dos manos. Por una parte, esta organización de los caracteres permite que la mayoría de las palabras se puedan escribir utilizando las dos manos, y además en sus orígenes impidió que las máquinas de escribir se atascasen. Para ello, las letras menos utilizadas se situaron en la parte central, mientras que las más utilizadas están desplazadas a ambos extremos.

Por este motivo se mantiene el teclado QWERTY

Está diseñado para utilizar cuatro dedos de cada mano, es decir, todos ellos menos el pulgar. Y al menos según la teoría, los teclados QWERTY están pensados para que estos cuatro dedos de cada mano se sitúen en la fila central, que es la que va desde la “A” hasta la “Ñ”, en el caso del que utilizamos en España. Para poder mantener esta posición en reposo, y hacerlo sin tener que mantener la vista en el teclado, lo más frecuente es encontrar que en las letras “J” y “F” hay algún tipo de relieve o textura diferente.

Pero todo esto es lo que se pensó originalmente para las máquinas de escribir, y los ordenadores han heredado esta distribución de las teclas, simplemente, porque en sus orígenes habría supuesto enormes complicaciones. Además, actualmente también los teléfonos inteligentes y las tabletas han heredado el teclado QWERTY, a pesar de que los teléfonos móviles utilizaron un ‘keypad’ diferente, con una asociación de caracteres a números tratando de imitar al dial giratorio de los antiguos teléfonos.

 

Fuente: adslzone