De hecho, en los últimos años, ¿a quién no se le ha pasado por la cabeza adquirir un dispositivo de este tipo? Sin embargo, un error que ocurre muy a menudo a la hora de adquirir un dron es que pensamos que son una especie de juguete moderno que podemos echar a volar y hacer maravillas con él. Además si tal y como ocurre actualmente con muchos de los modelos que están disponibles en el mercado, incorporan una cámara de alta definición y tenemos la posibilidad de grabar nuestras acrobacias, mejor que mejor.

Pero la realidad, al menos en lo que se refiere a nuestro país, es muy distinta. La mayoría de los modelos, exceptuando algunos casos concretos en los que sí se puede considerar al dron como un simple juguete, un dispositivo de este tipo es una máquina que tiene más peligro del que parece y que además no podemos utilizar en cualquier lugar donde nos parezca divertido hacerlo.

Para que nos hagamos una idea, se podría considerar como un juguete el que se conoce como Droni de venta en Imaginarium, ya que tanto por su peso, materiales de fabricación o potencia, difícilmente puede hacer daño a nadie. Lo mismo se puede decir de aquellos pequeños drones de gomaespuma que encontramos en las tiendas de los chinos o en algunas jugueterías, por ejemplo.

Sin embargo, en lo que se refiere a la mayoría de los casos, ya algo más avanzados, son considerados como UAV (vehículo aéreo no tripulado o Unmanned Aerial Vehicle). Decimos esto porque según informa la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA): “aunque se ha extendido la idea de que hay un agujero legal, eso no es cierto: volar un drone es ilegal en nuestro país“.

Antes de adquirir un dispositivo de este tipo hay que tener muy en cuenta que aunque ofrece un montón de posibilidades, no todas ellas podrán llevarse a cabo, al menos de manera legal. Por poner un ejemplo que se ha oído mucho estos días, podemos hacer referencia al caso ocurrido recientemente en un concierto de Enrique Iglesias. Algo similar en nuestro país no lo vamos a ver, ya que está terminantemente prohibido volar drones en ciudades o sobre aglomeraciones de personas al aire libre como pueden ser parques de ciudades, playas llenas de gente, campos de fútbol, etc. En lo que se refiere a recintos totalmente cerrados como pabellones industriales o deportivos o centros de convenciones, al no formar parte del espacio aéreo, serán los titulares de los recintos los que decidan la utilización y las condiciones.

Otro dato a tener muy en consideración y que la mayoría desconocíamos, son los requisitos para poder volar drones de manera legal, ya que si lo hacemos ilegalmente nos arriesgamos a contraer multas de entre 4.000 y 65.000 euros, tal y como estipula el Decreto-ley 8/2014, del 4 de julio de 2014. Pues bien, según AESA, para poder hacerlos volar un dron todos los pilotos, sea cual sea el tamaño de la aeronave, deben poseer los conocimientos teóricos necesarios para obtener una licencia de piloto. Hay tres maneras de lograr esto, por un lado tener o haber tenido en los últimos 5 años una licencia de piloto incluyendo la de planeador, globo o ultraligero. Por otro lado hay que demostrar de forma fehaciente que disponen de los conocimientos teóricos para obtenerla por certificados de conocimientos emitidos por una organización de formación aprobada por AESA, ATO o mediante un certificado individual como APTO tras realizar el correspondiente examen oficial. Para terminar, si el peso máximo del aparato no es superior a 25 Kg., la licencia se puede obtener por medio de un certificado básico o avanzado emitido por una organización de formación aprobada (ATO) tras superar un curso al efecto.

Además cabe mencionar que todos los drones deben llevar fijada en su estructura una placa de identificación en la que se especifique a simple vista la identificación de la aeronave, número de serie o, llegado el caso, el nombre de la empresa operadora. Para aquellos cuyo peso supere los 25 kg. también deben estar inscritos en el Registro de Matrícula de Aeronaves de AESA y disponer de certificado de Aeronavegabilidad.

En resumidas cuentas, que para tener un dron y poder utilizarlo de manera legal no basta con comprarlo y «a volar», sino que se necesitan una serie de permisos de utilización, condiciones del aparato y entornos de uso muy concretos para evitar serios disgustos con la ley.

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Fuente: adslzone