Los procesadores de dispositivos móviles evolucionan con varios horizontes abiertos. La arquitectura, que tiende en favor de los 64 bits dejando atrás los 32 bits; el proceso de fabricación con chipsets de mayor densidad de transistores; la velocidad de reloj y, por último, los núcleos de procesador. No son los únicos factores que determinan la potencia y el consumo energético, pero sí son los que, con mayor énfasis, anuncian los fabricantes de teléfonos inteligentes y tabletas.

¿Qué datos me interesan de un procesador móvil?

Entendidos en los componentes de hardware de ordenador, y menos entendidos, confunden en ocasiones las especificaciones técnicas de los procesadores móviles tratando de buscar equivalencias. No son iguales los datos que nos ofrecen los fabricantes, o equivalentes, aunque sí sean muy similares. ¿Es fundamental una mayor velocidad de reloj? Es una referencia importante, como es evidente, pero no nos dice absolutamente nada como dato aislado. ¿Recordáis el “a ver quién la tiene más larga” con los megapíxeles? Pues ocurre algo muy similar con estos datos. Nos importa lo siguiente:

  • Arquitectura del procesador: En bits, con 32 ó 64 bits como posibles. (~ velocidad).
  • Velocidad de reloj: Medido en GHz. (~ velocidad).
  • Proceso de fabricación: En nanómetros, determina la densidad de transistores. (~ velocidad, ~ consumo energético).
  • Familia (Cortex A-XX): Tipo de procesador por su diseño (~ rendimiento, ~ consumo energético).
  • Núcleos (cores): Unidades para la resolución de procesos simultáneos (~ velocidad).

Según los datos anteriores podemos conocer, sobre el papel, cómo se comporta el microprocesador de un dispositivo móvil. La combinación de las características técnicas anteriores es la que nos ayuda a conocer cuál será su desempeño real, por lo que una arquitectura de 64 bits es preferible a los 32 bits, pero de poco nos servirá si la memoria caché del SoC es reducida, por ejemplo.

 

¿Más núcleos = más potencia?

El nuevo mito de la tecnología, uno de ellos, es que el número de núcleos de un procesador es un valor directamente proporcional a la velocidad de procesamiento. Esta afirmación es falsa, siempre y cuando no se atienda a otros factores que son los que, en realidad, determinan la velocidad con que un microprocesador es capaz de desempeñar las tareas que le corresponden. Entonces, ¿en qué caso podríamos decir que esta afirmación es cierta?

Aunque un procesador incorpore varios cores, esta capacidad de procesamiento no se puede aprovechar si el software no está optimizado para hacer cargar procesos en varios cores de forma simultánea. Es decir, las líneas de código del software deben estar planteadas para ello, igual que ocurre en la utilización de procesadores de arquitectura de 64 bits, que se aprovechan tan solo si el código está diseñado para ello.

Por otra parte, también es necesario recordar que no todos los procesadores de 6 y 8 núcleos están diseñados para sacar la máxima potencia de los mismos. La configuración de muchos SoCs de Qualcomm y MediaTek -entre otros- está planteada para combinar la utilización de cores de mayor potencia cuando las exigencias son elevadas y cores eficientes en procesos menos exigentes. Entre otras, la tecnología big.LITTLE hace uso de este planteamiento.

Así aprovecha Android los procesadores multicore

Como podemos ver en las capturas de pantalla anteriores, Android está diseñado para aprovechar todos los núcleos del microprocesador que ejecuta el sistema operativo y, sobre él, las aplicaciones. Así, podemos ver que la gestión de procesos se lleva a cabo según las exigencias para ofrecer el máximo rendimiento. En el caso de procesadores quadcores, todos los núcleos se aprovechan en la ejecución de aplicaciones cuando es necesario. Por su parte, en el caso de procesadores hexacore y octacore, de 6 y 8 núcleos, según su configuración apreciamos que los núcleos se utilizan, todos ellos, cuando se requiere la máxima potencia. Ahora bien, los procesadores big.LITTLE sólo permiten el uso simultáneo de 4 núcleos, que varían en función de los requerimientos, ya sean de máxima potencia o de eficiencia energética.

¿Cómo hace uso iOS de los procesadores multicore?

La compañía de Cupertino, por su parte, incorpora en sus dispositivos móviles de última generación procesadores de triple núcleo. El planteamiento de Apple en el diseño de sus microprocesadores parte de la base de ofrecer el máximo rendimiento. En este caso, por lo tanto, en dispositivos iPhone y iPad no encontramos la tecnología big.LITTLE, sino una tecnología más simple que se basa, únicamente, en aprovechar los dos núcleos del procesador para llevar a cabo procesos en dos núcleos de forma simultánea. Por el momento no existen “iDevices” con más de tres núcleos, por lo que sí podría esta ser una de las novedades que lleguen con iOS 9.

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Fuente: adslzone