Lo primero que debemos hacer cuando nos encontramos con un problema de este tipo es poner a salvo la información almacenada en nuestro ordenador. Para ello, podemos tomar el disco duro o memoria de estado sólida, extraerla y copiar los archivos personales a otro equipo de forma temporal. Ahora bien, no podemos olvidarnos de devolver el medio de almacenamiento a su sitio de origen, puesto que sino no resolveremos nada.

Lo que funcionó una vez, debería funcionar dos

Si hemos hecho un cambio en el registro del sistema o sobre algún driver, este puede ser el problema. Para devolver nuestro PC a la configuración anterior, lo que tendremos que hacer es encender el ordenador y pulsar la tecla F8 de forma repetida durante el arranque hasta que se muestre una pantalla negra con las opciones avanzadas de arranque. Ahora, escogeremos la opción la última configuración válida conocida.

Si conoces el problema, soluciónalo a mano

Si sabes cuál es el driver que está causando el problema, lo que puedas hacer es sustituirlo de forma manual. Para ello, iniciamos el ordenador pulsando F8 durante el arranque y, en las opciones avanzadas de arranque, escogemos modo seguro. Una vez aquí, ya podremos contar con la interfaz de Windows y las opciones mínimas del sistema. Accediendo a través del panel de control, podremos sustituir el driver que está causando problemas para el arranque.

Si no conoces el problema, que lo solucione Windows

Cuando no sabes qué es exactamente lo que está ocurriendo, Windows puede solucionar por sí solo problemas relacionados con drivers o malas instalaciones de software. Para ello, tan sencillo como volver a un punto de restauración anterior. Si recuerdas cuándo funcionó correctamente por última vez tu ordenador, accede al modo seguro con símbolo del sistema (instrucciones en el punto anterior) y, una vez dentro de la consola de comandos, introduce “rstrui.exe” para que aparezca el asistente de restauración del sistema.

Restaura el arranque de tu Windows

Con este procedimiento no perderás tus archivos, sino que el asistente de Windows tratará de reparar los archivos de arranque que puedan estar dañados. Para ello, tenemos que acceder una vez más a las opciones avanzadas de arranque (F8) y seleccionar, en esta ocasión, la opción Reparar el equipo.

Encuentra cuál es el problema

Aunque se recomienda hacerlo con todos los componentes de hardware, lo más posible es que no tengas “componentes extra” para hacer esta prueba. En cualquier caso, se puede simplificar desconectando todos los dispositivos externos. Una vez hayas quitado el ratón, la webcam, la impresora y demás, déjalo tan solo con el teclado y monitor. Si la pantalla azul sigue saliendo, el problema no es de tus periféricos. Pero, si así has conseguido que desaparezca, vete probando insertando un componente por cada arranque del sistema hasta que salga la pantalla azul. Cuando aparezca, sabrás que ese último componente instalado es el que está causando problemas.

 

Fuente: adslzone