La última vez que hablamos de él fue el pasado mes de septiembre, cuando os mostramos las características oficiales del USB Type C. Unos meses después, Apple lo ha adoptado para su nuevo MacBook, y no es de extrañar teniendo en cuenta que se plantea como estándar en Europa como “cargador universal”. Esto anterior quiere decir que comenzará a formar parte, en el futuro, de teléfonos inteligentes y tabletas. Pero no es por una decisión aleatoria, sino precisamente por los motivos que han hecho a Apple encontrar en él suficiente atractivo para montarlo en su equipo.

Se acabaron los cables, todos menos uno

Como describen en su web los de Apple, el USB Type C permite sustituir 5 conectores por uno solo. La compañía de Cupertino ha eliminado la toma de alimentación, los USB, la salida de pantalla, salida HDMI y salida VGA. Ahora bien, en uno de los laterales encontramos este único conector: el USB Type C. Entre las posibilidades de este cable nos encontramos la carga de batería, transferencia de datos por USB 3.0, conexión de periféricos y salida de imagen por HDMI y VGA.

Además de esto anterior, y continuando con la filosofía del cable Lighning, el USB Type C es reversible, por lo que su resistencia es mucho mayor y podremos conectarlo por cualquiera de sus dos caras. Aunque Apple trata de convencernos de que el USB Type C es el único conector necesario en un ordenador portátil, sólo tenemos que pensar en situaciones frecuentes como cargar el ordenador mientras transferimos nuestras fotografías a un disco duro externo. Esto, por cable, nos será imposible. Y ese es precisamente el problema, que seguimos planteando un “futuro cableado”. La intención de Apple es hacernos creer que “todo lo demás será inalámbrico”.

 

Fuente: adslzone

 

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