No todas las cifras son negativas, evidentemente, y difícilmente podría darse una situación crítica en las cuentas de la compañía de Redmond. Sin embargo, el líder en cuota de mercado de sistemas operativos de escritorio mantiene las consecuencias de la compra de un lastre que ellos mismos provocaron: Nokia. La división móvil de la finlandesa que en su día se alzaba con el liderazgo del mercado fue aniquilada por Windows Phone y una política de actualizaciones de software lenta y torpe, al menos así lo aseguraron desde Nokia cuando aún no se había vendido la división. Ahora, Microsoft justifica haber reducido sus beneficios netos en un 10% por la “integración y reestructuración de gastos”, donde se contempla la compra de Nokia.

Fuera de esto, y con la esperanza de que el minoritario sistema operativo móvil de Microsoft renazca y tome relevancia en el sector con la llegada de Windows 10, la compañía de Redmond ha conseguido aumentar sus ingresos un 8% una cifra que viene soportada, entre otros aspectos, por la llegada de Surface Pro 3, sin duda uno de los mejores dispositivos de hardware de Microsoft, que ha conseguido aumentar los ingresos un 24%, en cuanto a la familia Surface. Aunque Microsoft no habla de cifras en este sentido, aún se plantea como fallo por parte de la firma haber lanzado este equipo a un precio tan elevado, pero esto no parece afectar negativamente a su contabilidad.

Con respecto a su negocio en el sector de los videojuegos, concretamente Xbox, la compañía de Redmond ha vendido 6,6 millones de videoconsolas en este periodo. La cifra, aislada, parece positiva, pero en realidad es una caída de 7,4 millones de unidades durante el mismo período, pero el año anterior. Han reducido en más de un 50% las ventas de sus videoconsolas, contando también con la anterior Xbox 360 que parece plantearse, también, como un nuevo lastre para una Xbox One que esta campaña navideña comenzaba a despegar cuando parecía que la sombra de PlayStation 4 les había cubierto por completo.

Microsoft aún necesita tiempo… y no fallar con Windows 10

Los recientes cambios en la compañía, entre otros la adquisición de la división móvil de Nokia, han causado en los resultados financieros de Microsoft algún que otro desperfecto que, no obstante, han sabido lidiar con un aumento en los ingresos. Xbox One, por su parte, parece encaminada a dar digna batalla a PlayStation 4, aunque sus ventas podrían verse eclipsadas por la introducción del ecosistema Xbox dentro de Windows 10. Y es precisamente esta la próxima cuerda a la que se agarrará fuertemente el negocio de Microsoft, puesto que el reciente crecimiento en las ventas de ordenadores -de forma generalizada- podría suponer un impulso para su negocio de software. No obstante, Microsoft tiene en su mano plantear un sistema operativo exitoso y satisfactorio como Windows XP, o lanzar otro de sus fiascos, como Windows Vista o Windows 8.1.

 

Fuente: The Verge | adslzone