Los usuarios de dispositivos con sistema operativo móvil Android disfrutan en mayor medida -por cantidad de terminales con esta característica- de la ranura para tarjeta micro SD. Por otra parte, aunque en menor cantidad, los usuarios de equipos con Windows Phone también se benefician de esta característica y, por último, los de iPhone son los que sí se quedan completamente fuera de esta ventaja.

En cualquier caso, también en Windows Phone y Android encontramos equipos de las gamas media y baja sin ranura para tarjeta micro SD, por lo que nos encontramos con almacenamiento limitado, a menudo, a tan solo 8 GB ó 4 GB, de los cuales habría que restar el espacio de almacenamiento ocupado por los archivos del sistema, el propio sistema operativo y el software propietario o bloatware.

Cambio de móvil porque no me queda memoria, ¿es necesario?

No es difícil encontrar usuarios que “se ven obligados” a cambiar su teléfono inteligente por un modelo más nuevo motivados por haberse quedado sin espacio de almacenamiento disponible en su terminal anterior. ¿Tiene sentido? Aunque muchos usuarios son los que desconocen esto, en realidad no es tan preocupante quedarnos sin memoria en el terminal, por lo que no en todos los casos -de hecho, en la menor proporción- será necesario cambiar nuestro equipo por habernos quedado sin espacio de almacenamiento suficiente para continuar almacenando archivos.

El problema, sin embargo, está en la gestión o administración que hacemos de este recurso, la memoria interna de nuestro equipo. Y es que, llevando a cabo las buenas prácticas y consejos que a continuación os explicamos de forma desarrollada, podemos optimizar el almacenamiento de nuestro teléfono inteligente y aprovecharlo durante más tiempo, lo que nos permitirá ahorrarnos un cierto dinero y, por otra parte, cambiar cada más tiempo de terminal, por lo que el “salto” será mayor en cuanto a las características técnicas.

Ni siquiera las micro SD nos salvan de un mal uso

Antes de ahondar en las soluciones para “mantener con vida” un dispositivo móvil en el que hemos “agotado la memoria interna”, es necesario recordar que ni siquiera una tarjeta de memoria micro SD puede salvarnos, en este mismo sentido, de quedarnos sin memoria por hacer una mala administración de nuestros recursos. Así, en teléfonos con escasa memoria interna, no son pocos los usuarios que se quedan sin almacenamiento a pesar de utilizar memorias micro SD de hasta 64 GB. ¿Por qué, porque utilizan ‘muchísimo’ espacio? No, simplemente porque no hacen una buena gestión de la memoria.

Para este tipo de casos, es fundamental discernir entre las funciones a las que está destinada la memoria interna y las correspondientes a la memoria externa, extraíble o, simplemente, tarjeta micro SD. Mientras que en la interna -en el caso de Android, por ejemplo- se instalan la mayoría de las aplicaciones y actualizaciones, así como se almacenan los archivos de sistema y las descargas por defecto, en la memoria externa es donde debemos almacenar todas nuestras fotografías, vídeos, documentos de texto y archivos que, en realidad, no es necesario que estén en la memoria interna. De esta forma, además, optimizamos el rendimiento del equipo haciendo cargar esta inmensa cantidad de archivos únicamente cuando es necesario. Ahora bien, no debemos olvidar que “manipular” los archivos que están en la tarjeta micro SD consume más batería que hacer lo mismo con los que están en la memoria interna, aunque tampoco es algo que vayamos a apreciar.

Almacenamiento en la nube, la solución a todos tus problemas

No eres el único al que le gustaría rechazar el almacenamiento en la nube a cualquier costa, pero es innegable que, expuesto todo lo anterior, es la mejor solución que podemos encontrar. Si no contamos con tarjeta micro SD, lo cual no será raro en absoluto, podemos dejar en nuestro teléfono inteligente únicamente “lo inmediato”. Es decir, los archivos del sistema -lo que es inevitable almacenar- y los archivos o fotografías que utilicemos “en el día a día”. Y es que el resto de documentos, archivos y fotografías, podemos dejarlos almacenados en la nube, de tal forma que no ocupen espacio en nuestro teléfono inteligente.

Existen una enorme cantidad de servicios y aplicaciones que nos permiten hacer esto, y dos de ellas son Google Drive y Dropbox. Ambas soluciones cuentan con un servicio gratuito de almacenamiento limitado y, por su parte, Drive cuenta además con una completa solución de ofimática. Con ambas soluciones de software -y almacenamiento en la nube-, al igual que con muchas otras alternativas, podemos configurar un ajuste que, automáticamente, “vuelque” las fotografías que realizamos y los vídeos que tomamos con la cámara de nuestro terminal directamente en la nube. Además, el consumo de ancho de banda no tiene por qué incrementarse, puesto que las descargas y subidas de información podemos hacerlas a través de una conexión WiFi.

En este sentido, evidentemente, también debemos tener precaución de no estar continuamente “jugando” con nuestra nube cuando estamos operando bajo una red de datos móviles, puesto que consumiremos el ancho de banda fácilmente. En cualquier caso, esta solución nos garantiza que teléfonos inteligentes con tan solo 4GB ú 8 GB de memoria interna puedan seguir siendo utilizados a diario por usuarios que, sí, trabajan en sus teléfonos inteligentes con gigas y gigas, pero todo ello en la nube. Además, todo aquello que almacenemos en la nube estará disponible también en otros teléfonos inteligentes, tabletas y ordenadores.

 

Fuente: adslzone