Compañías como Samsung o Sony fueron las primeras en probar suerte en el ámbito de los relojes inteligentes, en ambos casos sin demasiada suerte. Los comienzos nunca fueron fáciles y en el caso de los smartwatch, no ha sido diferente. Las primeras incursiones han estado llenas de problemas y la aceptación de estos dispositivos ha sido baja por parte de los usuarios. Poco a poco la tendencia parece ir cambiando y será menos extraño encontrarse uno de estos por la calle. Incluso, en un tiempo, puede que definitivamente dejemos aparcados nuestros relojes de toda la vida dejando paso a los inteligentes, que adaptaremos a nuestros hábitos ya sucedió con los smartphones.
La segunda generación del Galaxy Gear, el Smartwatch de la firma japonesa o el Pebble Steel han buscado solventar algunos de los puntos negativos que los consumidores veían en estos relojes. Además, la reciente llegada de Android Wear, una plataforma especialmente dirigida al desarrollo de los wearables ha originado la aparición de nuevos competidores como Motorola o LG a los que pronto se les podrían sumar alguno más, ¿Apple?
Esta nueva oleada de smartwatches puede marcar un punto de inflexión tanto de cara al consumidor como de cara a los desarrolladores de aplicaciones. Es quizá este segundo punto el más significativo, ya que la aparición de herramientas que puedan ser verdaderamente útiles sería un incentivo más para los usuarios. Pero, ¿qué podrían ofrecer estos nuevos relojes inteligentes?
El diseño es una de las grandes bazas a jugar en estos momentos. Por muy inteligente que sea un reloj, pocos estarían dispuestos a llevar un complemento que destaque no precisamente por su diseño. El Pebble Steel ya apostaba en este sentido claramente con su versión en acero inoxidable y el Motorola Moto 360, a pesar de que se conocen pocos detalles, dispone de un aspecto exterior elegante, más parecido a lo que estamos habituados a ver en los relojes de toda la vida.
Pero es la parte del software, como decíamos antes, la que pueden ser definitiva. Durante esta semana conocíamos el acuerdo entre la compañía aérea Vueling y Sony para lanzar una aplicación que permita a los usuarios del smartwatch japonés dispones de la tarjeta de embarque y toda la información acerca de su vuelo directamente en su muñeca. Aunque sólo sea un ejemplo, nos deja entrever qué nos depara el futuro de estos relojes.
Ya no se tratará únicamente de configurar los ajustes del smartphone, disponer de GPS o recibir notificaciones, que está muy bien, pero el bolsillo está demasiado cerca como para ser algo realmente llamativo, se tratará de aplicaciones especialmente dirigidas para estos dispositivos, tareas que solo podremos hacer desde ahí y que además, tengan una utilidad real. Aprovechando el tema de Vueling, es cierto que cuando vamos de viaje, solemos ir cargados de maletas, equipaje de mano y pendientes de mil cosas, por lo tanto, simplemente pasar el reloj por un detector podría ser cómodo. Lo mismo si pensamos en billetes de autobús o tren, e incluso reservas en hoteles o similares.
Esto deja además la puerta abierta a las compras desde el reloj. A pesar de que los smartphones ya son capaces en muchos casos de realizar esta acción, su uso desde la muñeca sería incluso un poco más interesante. Echando un poco de imaginación podemos imaginar muchas más utilidades que podrían hacer de estos dispositivos, herramientas potentes y útiles en el día a día para mucho más que consultar la hora.
¿Qué pensáis vosotros? ¿Qué os gustaría que incluyeran los relojes inteligentes?
Fuente: adslzone
