Hace unos días, la directora general de Política e Industrias Culturales y del Libro, Teresa Lizaranzu, resaltó la necesidad de lograr la equiparación en el IVA de los libros impresos y electrónicos. Los primeros tributan al 4%, mientras que los segundos lo hacen al 21%. El Gobierno quiere rebajar el impuesto de los libros electrónicos y se encuentra actualmente en conversaciones con Bruselas.

La sociedad digital en que vivimos no se puede permitir esta desigualdad entre los formatos si deseamos ser más competitivos y apoyar los contenidos legales. El sector de los libros es muy importante en España y debe apostar incondicionalmente por el libro electrónico, como ya se hace en otras partes del planeta.

Como podemos leer en El País, las grandes editoriales están realmente preocupadas por el futuro del libro electrónico, mientras que Amazon, una de las grandes, parece estar centrada en otros asuntos. La compañía responsable del exitoso Kindle no presiona para que se aceleren los trámites que equiparen el IVA del formato físico con el digital.

¿Por qué Amazon no dice nada al respecto?

Amazon factura actualmente en Europa desde Luxemburgo, donde el IVA de los libros electrónicos es del 3%. Con esta jugada, obtiene unos beneficios del 18%, es decir, 21% del IVA español menos 3% del IVA de Luxemburgo. De esta forma, se queda sin rival en el mercado español.

Mientras que las editoriales españolas siguen ancladas en un pasado que no volverá, Amazon les saca muchas millas de distancia. Lo hace ante la inoperancia de estas y del Gobierno español, que lleva mucho tiempo prometiendo la equiparación del IVA, sin llegar a hacer nada al respecto.

¿Qué os parece la maniobra de Amazon para tributar al mínimo en España?

 

Fuente: adslzone