El País se hace eco de la trágica situación por a que atraviesa una de las distribuidoras de referencia en nuestro país, centrada fundamentalmente en el cine de autor tanto español como extranjero. Su propietario es Enrique González Macho, quien a su vez es presidente de la Academia de Cine, conocido por su duro discurso contra la "piratería" en Internet, que ve como otra de las causas para que el sector se haya desplomado en los últimos años.

La situación es vista con gran preocupación por González Macho. "Hemos resistido mientras se ha podido pero la gente ha dejado de ir al cine, el DVD está arruinado y las televisiones, sobre todo la pública, ya no apoyan al cine español ni al cine de autor en general", sostiene. Tal es el actual estado del sector que solo ve viables pequeños proyectos, aunque reconoce que finalmente podría acabar abandonando el negocio.

El presidente de la Academia reconoce que el cierre definitivo es casi inevitable. De 200 salas se ha pasado a 20 y de 500 personas en la empresa han quedado 39. Una triste realidad que el productor achaca en parte a la actual "falta de sensibilidad política con la cultura, incluido el aumento del IVA". La consecuencia directa será un empobrecimiento de la cartelera española, ya que con la desaparición de este tipo de distribuidoras el público español no va a tener acceso a una "enorme masa de películas de gran interés" que quedarán relegadas a "festivales o proyecciones marginales".

"El público español de cine de autor en salas irá desapareciendo a medida que se vaya quedando sin oferta... y eso es el peor aspecto posible de la globalización, porque nos vamos a quedar con un único tipo de cine que ver", remata el propietario de Alta Films.

Si bien es cierto que las fuentes de financiación para el cine se han reducido drásticamente y que han influido otros factores citados como el aumento del IVA, hay otros factores que también han influido en esta situación. Al margen de la fuerte crisis económica, se ha echado en falta una mejor adaptación del modelo de negocio de las salas a los tiempos que corren en la actualidad. Los precios de las entradas se han disparado precisamente en el momento en que ha sido más sencillo acudir a la oferta en Internet por medios alternativos a una inexistente oferta legal. Esta política ha demostrado cómo los espectadores se alejaban cada vez más del cine y a los hechos hay que remitirse. Renovarse o morir. Pocas veces una expresión cobró tanto sentido.

 

Fuente: adslzone