La cobertura móvil 5G alcanzó al 96% de la población española a mediados de 2024, tal y como recoge el Informe de Cobertura de Banda Ancha en España presentado el 4 de junio de 2025 por el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública. Sin embargo, estos datos no se traducen en una navegación por Internet a través de datos más rápida.
A veces el rendimiento del 5G es similar al 4G e incluso peor
El 5G ya lleva seis años desde que salió y se espera que muy pronto comiencen las investigaciones y el desarrollo de prototipos de la próxima generación de redes móviles, el 6G. No obstante, todavía queda mucho trabajo por delante con la tecnología más puntera en la actualidad. Imran Khan, investigador predoctoral en Northeastern University y primer autor del trabajo, ha señalado que, si bien algunas redes 5G ofrecen un excelente rendimiento, otras «ofrecen poca o ninguna mejora con respecto a LTE [4G]».
Claudio Fiandrino, profesor asistente en IMDEA Networks, explica que el despliegue del 5G se ha consolidado, pero que esto no significa necesariamente ventajas de latencia en comparación con el 4G: «La realidad es más variada de lo que sugiere el marketing».
«Para muchos usuarios y aplicaciones reales actuales, cambiar a 5G no garantizará automáticamente un menor retraso ni una mejor capacidad de respuesta -detalla Fiandrino-. Algunas celdas 5G ofrecen menos latencia, pero en otras el rendimiento puede ser similar o incluso peor al de LTE, según operador y ubicación. Por eso, las decisiones sobre servicios sensibles a la latencia deben basarse en mediciones reales, no solo en la generación tecnológica».
¿Cómo hicieron el estudio?
En el estudio, han analizado el rendimiento del 5G en varias ciudades de Europa y Norteamérica (Berlín, Turín, Oslo, Oporto, Madrid, Vancouver, Boston y Bay Area). Tras un año, los investigadores han descubierto que dicha conexión móvil está ampliamente desplegada en los grandes núcleos urbanos, pero esto no siempre se traduce en una experiencia mejor que la del 4G.
Para la investigación, el equipo ha combinado mediciones colectivas a gran escala con una campaña de ondas milimétricas controlada. En los resultados, descubrieron que el 5G no ofrece ventajas claras en latencia sobre el 4G en la práctica. Los investigadores comprobaron que las diferencias tenían más que ver con la banda de espectro, la densidad de despliegue o el uso de la nube y el edge.
El 6G tendrá que tardar en salir
Tras los datos obtenidos, el equipo considera que el lanzamiento del 6G debería retrasarse. «Existe el riesgo de inversión desperdiciada y expectativas públicas insatisfechas; asignación inadecuada de recursos hacia funciones promocionadas en lugar de solucionar problemas operativos (brechas de cobertura, ubicación de backhaul/edge, fragmentación del espectro); y posibles decisiones políticas y de mercado, basadas en promesas optimistas en lugar de una realidad tangible. Esto también podría socavar la confianza si se promueven prematuramente las generaciones futuras (6G)», considera Fiandrino.
Antes de dar el salto a la sexta generación, los investigadores consideran que la industria debería centrarse en la experiencia real de los usuarios y solucionar los problemas operativos y de implementación actuales. «En cuanto a cobertura y estabilidad de despliegue, el 5G parece estar maduro en las principales ciudades, pero aún no se ha alcanzado plenamente en cuanto a la fiabilidad, la entrega de ventajas claras en rendimiento y experiencia de usuario en comparación con el 4G, especialmente en cuanto a latencia. Por lo tanto, la madurez es condicional: implementado, sí; rendimiento consistentemente superior, aún no», concluye el investigador de IMDEA Networks.
Fuente: IMDEA Networks | adslzone