Para entender el impacto que tendrá este salto, conviene recordar que el internet cuántico no se limita a ser una versión más rápida del que conocemos. Su base está en las leyes de la mecánica cuántica, concretamente en fenómenos como el entrelazamiento y la superposición. Los routers darán el salto definitivo.

Esto significa que, a diferencia de la red actual, la comunicación cuántica puede garantizar que los mensajes no serán interceptados sin dejar rastro. Si alguien intentara acceder a la información, el propio sistema lo detectaría de inmediato, algo que convertiría en inútiles muchos de los métodos de espionaje digital actuales.

Para poner en perspectiva, en una red convencional, el router es el encargado de dirigir los datos entre nuestros dispositivos y la red. En la versión cuántica, su función será mucho más compleja, ya que tendrá que manejar qúbits, las unidades de información cuántica, sin destruir sus propiedades. Es decir, deberá mantener intacto el «enlace», algo extremadamente delicado que hasta ahora solo era posible en condiciones de laboratorio.

Sin embargo, esto está cambiando. En abril de este año, un equipo de la Universidad de Harvard publicó un estudio en Nature Physics en el que describían un transductor cuántico electro-óptico capaz de convertir señales de luz en instrucciones para qubits superconductores. Dicho de otra manera, este invento permite controlar qubits utilizando luz, y lo hace con una eficiencia muy superior a todo lo visto antes. Además, lo más interesante es que es compatible con la infraestructura de fibra óptica que ya tenemos, lo que abre la puerta a que, en un futuro, pueda integrarse en nuestras casas.

¿Existen ya los routers cuánticos?

¿Y qué hay del misterioso “router Q-1” del que tanto se ha hablado? De momento, no existe ningún modelo comercial que cumpla con las funciones de un router cuántico. Algunas marcas han utilizado ese nombre para productos convencionales, pero no tienen nada que ver con esta tecnología. Lo importante es que ya se están probando prototipos reales, y que en poco tiempo estarán para el público general.

Uno de los aspectos más revolucionarios será la seguridad, ya que el internet cuántico permitirá comunicaciones imposibles de interceptar. Al basarse en la manipulación de qubits entrelazados, cualquier intento de espionaje alteraría su estado y sería detectado. Ya se han realizado pruebas de teletransportación cuántica de información entre distintos puntos, algo que, aunque aún experimental, podría ser la base de una mensajería completamente blindada. En la práctica, podrás enviar datos bancarios o hacer videollamadas privadas con la certeza de que nadie podrá espiarte.

Los avances están siendo impulsados por algunas de las instituciones y empresas más potentes del mundo. Harvard lidera con sus investigaciones en transductores cuánticos, QuEra Computing desarrolla ordenadores basados en átomos neutros y gigantes como Amazon Web Services colaboran en proyectos de redes cuánticas. Aunque ahora se enfocan en aplicaciones científicas e industriales, ya se está trazando el camino para llevarlo a los hogares.

La gran pregunta es cuándo podremos tener un router cuántico en el salón de casa. Nadie se atreve a dar una fecha concreta, pero los expertos coinciden en que la miniaturización de la tecnología, su abaratamiento y la adaptación de la infraestructura existente serán los factores clave. Tal y como ocurrió con la fibra óptica, que tardó décadas en llegar a todas partes, el internet cuántico también necesitará tiempo.

 

Fuente: WWWHATSNEW | adslzone