Los hogares se han vuelto más inteligentes que nunca. Ahora, casi cualquier elemento puede estar conectado a nuestra red WiFi: nuestras bombillas, los altavoces, nuestro sistema de calefacción o, incluso, los electrodomésticos con los que interactuamos de manera diaria. Sin embargo, y pese a la gran cantidad de ventajas que se desprenden de esta constante conexión, también hay un riesgo a tener en cuenta: el impacto en la velocidad de nuestra señal.

La Organización de Consumidores y Usuarios, conocida como OCU, es consciente de este problema. Que, además, se ha acentuado a medida que el teletrabajo se ha convertido en una realidad. Por este motivo, nos ofrece una guía que, si la seguimos, nos va a permitir mejorar la señal de nuestra red WiFi. ¿La clave? Escoger el mejor canal WiFi para no perder la conexión y garantizar la mejor velocidad y calidad en la señal. Te lo contamos.

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Los canales de nuestro router

Pese a que no todo el mundo lo sabe, la mayoría de los routers domésticos que podemos encontrar en el mercado trabajan con las dos bandas de frecuencia más utilizadas: 2,4 GHz y 5 GHz. Y, dentro de cada una de ellas, encontramos diferentes canales. En el caso de la primera, nos encontramos con un máximo de tres canales que funcionan de manera adecuada sobre un total de 14 canales, puesto que estos canales actúan solapándose entre sí.

No ocurre lo mismo en el caso de la banda de 5GHz. En este caso, nos encontramos con más de 24 canales, pero no existe superposición entre ellos. Por lo que el funcionamiento difiere de manera natural con respecto a la banda mencionada en primer lugar.

A medida que vamos conectando una mayor cantidad de objetos conectados, es posible que los canales se saturen y notemos una pérdida de señal y una menor cobertura. Si este es tu caso, la clave puede ser cambiar de canal. Pero, ¿cómo?

Cambiar de canal de nuestro WiFi

Si queremos cambiar de canal, lo primero que tenemos que saber es el canal en el que estamos conectados en el momento actual. Para ello, debemos acceder a nuestro router, cuyos datos se encontrarán en alguna pegatina que se encuentre en la parte trasera o en la base del mismo. Allí tendremos tanto la dirección de IP que debemos introducir en el navegador como el usuario y la contraseña que son necesarios para poder acceder al menú de configuración.

Si accedemos al menú de Red Local que encontramos en la propia página de la IP, vamos a poder encontrar información tanto de las frecuencias que están activadas, como de los canales que están utilizando cada una de ellas.

Desde esa misma interfaz, vamos a poder realizar el cambio. Debemos acudir a la misma pestaña, Local Network o Red Local, y acceder a la Configuración WLAN. Desde ese menú vamos a poder asignar nuevos canales a cada una de las bandas y, cuando guardemos los cambios, podremos comprobar en primera persona si notamos una mejora en nuestra conexión y podemos trabajar con una mayor velocidad y estabilidad. En caso de que así sea, no tendremos que hacer ningún otro cambio.

Sin embargo, si no hemos notado ninguna mejoría, el siguiente paso es volver a repetir todo el proceso y asignar nuevos canales hasta encontrar el que puede ofrecernos un mejor rendimiento.

 

Fuente: OCU | adslzone