Toda dirección IP sirve para identificarnos pero no todas son iguales. Las hay que nos identifican dentro de una red doméstica y otras dentro de las páginas web. Las públicas y las privadas. Además, las públicas pueden ser dinámicas o fijas… Pero entre tanto término y diferencias, conviene tener claro qué es y para qué sirven.

Conceptos previos: Qué es una IP y para qué

Lo primero que debemos saber es qué es una dirección IP y qué tipos hay. La dirección IP es nuestra matrícula en Internet o dentro de una red. Por eso, dividimos entre dos tipos: las públicas y privadas. En los próximos párrafos nos referiremos únicamente a la dirección IP pública que es la que identifica nuestro dispositivo o nuestros dispositivos cuando nos conectamos a Internet. Significa Internet Protocol y tienen como misión permitir que se gestionen fácilmente las comunicaciones.

Están formadas por códigos de 32 bits organizados en cuatro conjuntos numéricos. Cada uno de estos conjuntos de números decimales puede tener valores entre 0 y 255 y separados por puntos.

Como hemos dicho antes, hay direcciones públicas o privadas. Las direcciones privadas son las que identifican cada dispositivo conectado a Internet dentro de tu casa o tu oficina. Por ejemplo, tu ordenador. Tu ordenador, tu teléfono, la televisión, la tablet, la aspiradora, el purificador. Cada uno tiene una dirección IP que se identifica dentro de la red de tu casa y esa dirección es la dirección privada. Pero todos tienen una misma dirección IP publica que nos identifica en el conjunto de Internet. Y esta dirección IP pública puede ser dinámica o fija.

Tipos de IP: Diferencias entre fija y dinámica

Como hemos explicado en el párrafo anterior, la dirección IP pública es la que te identifica cuando te conectas a Internet. Pero dependiendo de la que tengas puede ser pública o privada. Tu proveedor de Internet te la asigna para “ser reconocido” y es dinámica y aleatoria: el proveedor asigna una que esté disponible. Pero también puedes tener la misma siempre y que no rote ni se cambie. ¿Cómo? Teniendo una dirección IP fija. Como su propio nombre indica, las dinámicas no son siempre la misma ni son inalterables sino que depende de si reseteas el router, por ejemplo. Se te asigna una de forma aleatoria y puede cambiar. La fija no cambiará nunca.

Las direcciones IP dinámicas son las que usan un número distinto cada vez que te conectas a internet o cuando reinicias o reseteas el router, por ejemplo. En algún momento serán o han sido utilizadas por otra persona. Pero las direcciones IP fijas siempre son la misma y nunca varían ni aunque pase el tiempo ni si desconectas y conectas el router ni nada similar. Siempre es el mismo conjunto de números.

Diferencias y ventajas

¿Y qué más me da tener una u otra? Si eres un usuario “normal” no te afectará en nada y quizá ni siquiera conoces que existen dos o que hay una IP dinámica que se te asigna por defecto. Pero hay muchas personas a las que conviene tener una IP fija porque esto conlleva una serie de ventajas. Especialmente en el caso de las empresas. Por ejemplo, usar una dirección IP fija nos permite acceder de forma remota a cualquiera de nuestros dispositivos o archivos sin que la dirección se modifique pero también nos permite acceder a sistemas de videovigilancia, a una base de datos a través de control remoto, a alarmas.

A nivel de empresa es especialmente interesante si queremos tener control remoto de inventarios, control remoto de un TPV o de la domótica del negocio utilizado. En el caso de tener una IP fija nos aseguramos el acceso. Eso sí, no es gratis: los operadores nos obligan a pagar una cantidad si queremos una dirección IP fija.

Por otro lado, tener una dirección IP dinámica es gratis. No tienes que pagar nada y es la que tenemos siempre, por defecto. Aunque puede parecer lo normal, tiene una serie de ventajas. Por ejemplo, es más difícil rastrearte si vas cambiando la IP (de ahí que sea habitual el uso de una VPN que la enmascara para mostrar otra diferente) o también podemos evitar bloqueos en caso de que se haya baneado la IP cuando tengamos otra asignada o forcemos el cambio a una nueva, por ejemplo.

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¿Cuál tengo? ¿Cuánto cuesta?

Todos tenemos una IP dinámica por defecto. Una vez que te ha quedado claro todo lo anterior debes tener en cuenta que todos tenemos una IP dinámica por defecto asignada por el operador pero que podemos tener una IP fija con algunas de las compañías. Eso sí, debemos pagar más. Usar una IP fija tiene un coste si queremos tener algunas de las ventajas mencionadas en párrafos anteriores como tener conexiones FTP o web, por ejemplo, y control exclusivo de la dirección IP.

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Tienes una dirección IP dinámica pero los operadores ofrecen la posibilidad de pagar por tener una fija. Por ejemplo, Movistar lo anunció en el año 2019 y avisó que dejaría de ser la IP estática algo gratuito. La carta o notificación decía lo siguiente: “Por estos motivos, con arreglo a lo previsto contractualmente y a la normativa de telecomunicaciones de aplicación, te comunicamos que a partir del próximo 15 de diciembre de 2019 el servicio de dirección IP estática que estás disfrutando con carácter gratuito deja de estar disponible en dichas condiciones, y pasará a ser una dirección IP dinámica. Si deseas mantener el servicio dirección IP estática con las nuevas condiciones llama gratuitamente al 1004 donde podrán ayudarte.”

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Lo mismo ocurre con otros operadores como Vodafone que cobran por tener esta dirección fija. Tiene un precio de 15 euros al mes sin IVA o por 18,15 euros al mes con IVA incluido en el caso del operador rojo. Y Orange, por su parte, lo incluye dentro del servicio o funciones de Network Plus para empresas por 15 euros al mes.

 

Fuente: adslzone