Ocurre algo similar a lo que pasa con las antenas de televisióncuando eran por ‘cuernos’, y similares-. Y es que, aunque su funcionamiento es idéntico, las antenas de exterior cuentan con una construcción más resistente, por ejemplo, al agua. Lo más recomendable es tenerlas siempre a cubierto, bajo un techo, pero las hay que pueden estar perfectamente expuestas al sol y la lluvia y no se estropean. Por lo demás, en principio, pocas diferencias existen. Lo que sí debemos contemplar es la potencia de la misma, si el jardín es grande, o bien instalar varias para que la cobertura sea óptima.

WiFi en el jardin: repetidores y antenas para llevar Internet fuera de la casa

La TP-LINK CPE210 tiene una configuración 2×2 MIMO y funciona a 2,4 GHz con una sensibilidad de 9 dBi para prestar un máximo teórico de 300 Mbps, con un interesante precio de 35 euros. Pero el mismo fabricante tiene un modelo superior, el TP-LINK CPE510, que tiene un precio de 47 euros, y que nos ofrece prestaciones mejores: una sensibilidad de 13 dBi y sobre la banda de 5 GHz para, según sus especificaciones técnicas, un funcionamiento óptimo en un radio máximo de 15 km, a un máximo de 300 Mbps.

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Netgear tiene un modelo de diseño más clásico, con un precio de 27 euros, que ofrece un puerto Ethernet y se basa en el estándar N300. Pero en este caso, como en muchos otros repetidores WiFi, o ‘extensores’ de la señal, deberemos tener cuidado de no exponerlo a la lluvia, porque no cuenta con resistencia al agua. Otro modelo de TP-LINK, más sencillo y económico que los anteriores –39 euros-, es también válido para exteriores, pequeño, con WiFi n hasta 150 Mbps y sobre los 2,4 GHz.

 

Fuente: adslzone