Y porque ya nos temíamos que Nintendo LABO no era para el público “jugón”, nos llevamos a la prueba a una “peque-analista” que realmente es quien nos hizo ver, a través de sus ojos, la profundidad de lo que representa este nuevo producto de la gran N que, ya os lo decimos, va más allá de la simple y “cuñada” frase de “son unos cartones”.

Nintendo LABO, una experiencia para compartir

Lo primero que os podemos señalar es el rango de edad desde el que podréis disfrutar LABO de Nintendo con vuestros pequeños. Más o menos, desde los 6 años si ya están acostumbrados a jugar con la consola y se defienden en géneros como el de las plataformas o disfrutan de Mario Kart, serán capaces de engancharse a la experiencia. Si son algo más pequeños, es probable que no tengan aún la habilidad como para disfrutarlo plenamente.

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Y es que la propuesta de Nintendo LABO se trata de una experiencia compartida. No es un juego, no es para que os “echéis una partida”, cosa que también se hará al final en alguno de los casos. Es para compartir un rato con vuestros pequeños y hacer algo entre toda la familia.

Montaje de Nintendo LABO, un estudiado diseño para que ayudes pero sea el o la peque el que lo monte

Cabe decir que en la prueba sólo montamos el juguete más simple, el del “antenauta” a control remoto. Pero el sistema para hacerlo nos parece que es de lo más estudiado. Tenemos la pantalla de la Switch como “pizarra” y en un primer momento, todos tendremos la tendencia a quitarle la plantilla de las manos al niño y empezar a montarlo nosotros. ERROR, así en mayúsculas.

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Precisamente, el rol del adulto será guiar la animación interactiva que podemos controlar, avanzando, haciendo zoom y rotando la pieza, con uno de los mandos de la Switch. Esto lo que permite es ayudar pero dejando que sea nuestr@ peque el que lo monte. Es un sistema simple, pero bien diseñado y tremendamente reconfortante y entretenido para las dos partes.

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Jugando con Nintendo LABO: opinión y experiencia

Este primer juguete no tardaremos en montarlo más que unos 10 o 20 minutos, y entonces empieza la segunda parte de la experiencia, jugar a Nintendo LABO. Y no, no esperéis un videojuego al uso. Estamos más cerca de un juguete que aprovecha las posibilidades de la tecnología de forma tremendamente inteligente.

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Y en especial ¿qué usa Nintendo LABO para funcionar? Los mandos de la Switch y sus giroscópios, cámaras, sensores, etc. En la pantalla tendremos el cerebro, pero los mandos son el “alma” o el secreto.

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Siguiendo con el ejemplo más simple, el del robot teledirigido o “Antenauta”. A través de la vibración de los mandos podremos dirigirlo y si hay varios, empezar una “batalla” o simplemente perseguirlo por la habitación.

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Sin embargo, esto no será lo único, un botón nos desplegará en la pantalla un nuevo espacio, con una ventana en la que vemos, a través de la cámara del mando, en modo “visión nocturna” como en “visión térmica“. Esto nos permitirá hacer juegos a oscuras, como tuvimos la oportunidad de comprobar y disfrutar. También es posible aprovechar otras posibilidades como la de hacer que el juguete persiga, a través de la cámara, un objeto como puede ser nuestro dedo.

Todas las posibilidades de Nintendo LABO

Cómo decimos, pudimos probar todos y cada uno de las propuestas que tiene Nintendo LABO en sus dos kits de lanzamiento. No montamos los juguetes más complicados, pero siguen el mismo esquema, aunque algunos con piezas más complejas como el robot, la caña o el piano, quizás ya si necesiten de más ayuda del adulto y bastante tiempo de montaje.

Cómo podéis ver en las imágenes, el juego de la caña de pescar es tan simple como parece, esperamos hasta que pica uno y recogemos.

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La moto también nos propone algo muy inmediato y divertido, una carrera a lo “mario kart” pero usando tanto el acelerador como la inclinación para movernos.

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La cosa coge enteros con la casa o el piano, y también nos muestra las posibilidades de LABO, que se amplían más adelante con el Taller Toy-Con, que explicaremos luego.

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Quizás en este punto os habréis preguntado ¿pero qué tienen dentro los juguetes más complejos para funcionar? Os resolvemos la duda porque al igual que los más simples… la respuesta como podéis ver en la imagen que abrimos el piano es simple: nada.

Todo es un juego con la cámara del mando que está colocado estratégicamente en todos los productos de LABO y sirve para leer diferentes etiquetas que se adhieren a las piezas. Cuando detecta esos patrones, desencadena una acción en el juguete. Puede ir desde cambiar el sonido del piano, modificar el juego de la “mascota” que tenemos en la caseta o incluso, crear contenido para otros LABO. Por ejemplo, con el reconocimiento de patrones del piano podemos hacer nuevos peces para el acuario de la caña.

Y una cosa importante, aunque las piezas vienen diseñadas… eso no quiere decir que no sean lo que son, cartón. La propia Nintendo nos lo aseguró, si sois lo suficientemente manitas para hacer vuestros recortables siguiendo las plantillas, funcionarán igual que si son los comprados. De hecho, al montar los juguetes el propio sistema te dice que componentes debes guardar para crear piezas por tu cuenta de los mismos.

Cómo indicamos, lo cierto es que Nintendo LABO ya propone numerosas experiencias ya de por sí interesantes para los niñ@s. Por ejemplo, la casa con el “tamagotchi”, permite hacer cientos de cosas al intercambiar aquí y allá diferentes componentes como darle de comer y que cambie de color, hacerle dormir girando una manivela, hacer que se enfade, llenarle la casa de agua, jugar a los bolos… y así un largo etcétera.

Pero quizás el más creativo es el piano. A parte de, evidentemente, tocar el piano con una escala de octavas – que podemos ampliar añadiendo más y más pianos hasta tener todas las teclas -, se puede cambiar el sonido (incluyendo gatos o gente cabreada entre otros), pero también crear nuestros propios patrones de notas, añadir una caja de ritmos, etc. Todo ello a base de láminas troqueladas que podemos hacer nosotros mismos, como las que están a la izquierda de la imagen.

Evidentemente, la que podría parecer la experiencia más cercana a un videojuego es la del robot. Y es que lo es porque ya no depende del juguete sino de la pantalla. Al ponernos la armadura controlamos por el movimiento el “mecha” que sale en la pantalla. Y por si os lo preguntáis, las “gafas” no son para poner la pantalla ahí en un pseudo VR. Al bajarlas, en el juego aparece la visión en primera persona para apuntar con más precisión.

Nintendo, hábilmente para los padres y madres más preocupados por la salud, ha incluido un contador de calorías consumidas con el ejercicio, cosa que tranquilizará a éstos para que sus vástagos puedan pasar el rato con el invento.

Sin embargo, este es quizás el que se enfoca a niños más mayores y con menos posibilidades de inventiva más allá de lograr cada vez una puntuación mejor en la pantalla y convertirlos en héroes de la categoría de Optimus Prime.

Taller Toy-Con: infinitas posibilidades

Y es que la última parte de LABO es quizás la más interesante. Se trata de un entorno de programación, visual y sencillo, con activadores y reacciones, que permiten a los pequeños y no tan pequeños, dar rienda suelta a su imaginación.

Es, virtualmente, infinito. Depende de lo que seamos capaces de hacer y da la posibilidad de transformar todos los Nintendo LABO en otra cosa. Ejemplo es el último vídeo de la comunidad LABO, que tras el lanzamiento seguro que habrá muchos más, en el que vemos como utilizando los componentes del primer kit, en concreto de la caña y del piano, construimos una guitarra.

Esto, de hecho, para los más talludios, además de manitas y creativos, es la parte más interesante de LABO, tengáis o no hijos o sobrinos con los que disfrutar el nuevo invento de la empresa de Kyoto.

Nintendo LABO: no es “para vosotros jugadores” pero es una experiencia que no deberías perderte con tus peques

Esta frase resume nuestra opinión sobre Nintendo LABO. Dejad los comentarios avinagrados de jugador rancio, ¡Nintendo LABO no es para vosotros!, asumidlo. Pero si lo podéis compartir con hij@s o sobrin@s, no lo dudéis. Es el “invento” del año, vais a poder disfrutar como nunca de montarlo y de jugar con él y, sobre todo, de ampliar sus posibilidades.

Nintendo LABO sale a la venta el 27 de abril, con un precio de 70 euros para el Kit Variado (quizás en nuestra opinión el que ofrece más posibilidades) y de 80 euros para el Kit Robot (el que sin duda será un objeto de deseo para los y las peques pasados los 10 años).

 

Fuente: adslzone