Antes de entrar en materia conviene recordar que la Xbox One X monta una GPU AMD que funciona a 1,17 GHz, con nombre Scorpio, y con 12 GB DDR5. Esa es la ficha técnica más básica de la GPU AMD que monta la Xbox One X, pero en comparación con las gráficas que se están disponibles ahora mismo disponibles para ordenador, es equivalente a una AMD Radeon RX 580 en términos de rendimiento, según VooFoo Studios. Esto pone a la gráfica de la Xbox One X por debajo de la NVDIA GeForce GTX 970, por ejemplo, pero por encima de una GeForce GTX 780, según VCB.net.

El problema de Xbox One X es la CPU, que hace ‘cuello de botella’ sobre su GPU

Desde este estudio aseguran que el problema está en la CPU de la videoconsola. Es lo que impide sacar el máximo rendimiento de la GPU que incorpora la Xbox One X, y lo que lleva a su equivalencia, en términos de rendimiento, con una Radeon RX 580 de AMD en su mejor configuración. Si no fuese por esta pérdida de rendimiento que provoca la CPU de la Xbox One, según explican desde VooFoo Studios, entonces se podría medir con tarjetas gráficas de mayores prestaciones, como quizá la Radeon R9 Fury.

No obstante, según TechPowerUp la GPU que monta la Xbox One X obtiene únicamente un rendimiento un 9% superior. Una NVIDIA GeForce GTX 980, según sus pruebas de rendimiento, es un 7% superior; y presta un rendimiento casi idéntico, según su información, la GeForce GTX 690. Son datos realmente buenos, en cualquier caso, y especialmente teniendo en cuenta la diferencia de precio que habría para un PC Gaming con una de estas tarjetas gráficas y la configuración necesaria para evitar el cuello de botella que sí sufre la Xbox One X.

 

Fuente: adslzone