El framerate son los ‘frames por segundo’. Es decir, es la cantidad de fotogramas que se muestran en un segundo. Y teniendo en cuenta la ‘velocidad’ del ojo humano, lo que se busca es cumplir con el máximo que es capaz de captar el ojo y añadir fotogramas adicionales para evitar la disparidad entre los fotogramas captados por nuestra vista. Ahora bien ¿por qué en videoconsola es suficiente con 30 fps, y en PC hablamos de 60 fps?

No son sólo los fps, sino también cómo se reproduce este framerate

La configuración de hardware de las videoconsolas es idéntica. Es decir, una PlayStation 4 va a dar el mismo rendimiento que cualquier otra –salvo mínimas diferencias despreciables-, y una Xbox One S va a comportarse igual que otra. Pero un PC de altas prestaciones puede tener componentes distintos a otro, y además, la carga de recursos por la ejecución de procesos en segundo plano es diferente entre ellos, y entre sí a cada momento. Todo esto influye de forma directa sobre la estabilidad del framerate. Las caídas de frames suelen afectar más en ordenador que en videoconsola, de ahí que se busquen 60 fps, aunque no es el único motivo.

Importa también el controlador. El mando tiene una respuesta más lenta que el teclado y el ratón –especialmente este último-, y es lo que hace que la experiencia de juego sea más suave en videoconsola. Pero también, que la videoconsola tiene un tiempo entre frames más ‘plano’ –según la configuración- que un ordenador. Eso y, por supuesto, que la calidad en el apartado gráfico, en ordenadores, es bastante superior que en las videoconsolas.

 

Fuente: adslzone