Muchos compradores y usuarios  de videojuegos se quejan del elevado precio de los títulos pese a ser una constante desde que la industria comenzó a andar hace unas décadas. La llegada de la era de los juegos digitales hacía prever un descenso de los precios significativo debido al obvio ahorro de costes, pero tras el asentamiento de las nuevas videoconsolas y sus sistemas de juego online, y la consolidación de servicios como Steam u Origin, los precios siguen sin bajar tanto como se esperaba, lo que provoca que los jugadores opten por otras alternativas.

Aunque la piratería siempre ha estado y estará presente en este negocio, el mundo globalizado en el que vivimos está generando desde hace un tiempo un nuevo mercado que poco a poco gana más fuerza. Nos referimos al de las claves digitales para videojuegos que podemos encontrar en páginas como G2A, y que son adquiridas sin pasar por el distribuidor oficial del país de origen del jugador, beneficiándose  de precios de venta menores existentes en otros países, de tipos de cambio más favorables o de descuentos por comprar este tipo de productos al por mayor. Incluso en ciertas ocasiones, las claves –que siempre son originales- pueden haber sido incluso robadas.

El ahorro en algunos títulos puede rondar los 20 euros, si hablamos de juegos recién salidos al mercado y desde la industria se ha empezado a estrechar el cerco sobre este turbio negocio debido al impacto económico que está teniendo. Así pues, algunas compañías como Ubisoft, han llevado a cabo el bloqueo de dichas claves privando al jugador sin previo aviso del producto comprado, algo que ha ocurrido con Far Cry 4 sin ir más lejos.

El precio de los juegos no ayuda

Servicios como el de G2A, que actúa de mero intermediario, se han encontrado con el problema de una marabunta de usuarios afectados que piden soluciones y la devolución del dinero. No obstante como ocurre en muchos casos, como el de la propia plataforma Steam, el jugador se expone a que en cualquier momento la clave sea bloqueada, o como ocurre con el servicio de juego de Valve, el producto sea retirado de la biblioteca del usuario sin aviso.

Desde luego, buena parte del problema tal vez se evitaría equilibrando aún más los precios de los juegos en España, especialmente los del formato digital, ya que pagar 50 o 60 euros por un juego que no podemos disfrutar en formato físico no parece la mejor estrategia comercial para hacer frente a este tipo de mercados alternativos.

 

Fuente: Meristation | adslzone