Aunque parece una solución rápida y cómoda para evitar consumir datos móviles, hacerlo sin adoptar una serie de precauciones puede tener consecuencias muy graves. Y no lo decimos porque pueda resultar en una conexión lenta, sino porque puede ser una vía de entrada para los ciberdelincuentes.

Cuidado con las redes Wi-Fi públicas

Cada año, miles de personas caen en el mismo error de buscar una red gratuita a la que conectarse. Pero las redes WiFi abiertas, sobre todo en espacios públicos muy transitados como los aeropuertos o los vestíbulos de los hoteles, son uno de los entornos más inseguros para tus datos personales. Los atacantes lo saben, y por eso las utilizan como cebo.

Uno de los principales peligros es el llamado ataque “man-in-the-middle”. En este tipo de amenaza, un ciberdelincuente se sitúa entre tu dispositivo y la red para interceptar toda la información que envías y recibes. Esto incluye correos electrónicos, contraseñas, mensajes de WhatsApp, números de tarjetas de crédito o cualquier dato que introduzcas en una web o app sin cifrado.

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Otra práctica habitual en este tipo de entornos es el uso de redes WiFi falsas, conocidas como redes trampa. Su nombre puede parecer legítimo, como “Free Airport WiFi” o “WiFi Hotel Gratis”, pero en realidad son creadas por ciberdelincuentes para que los usuarios se conecten pensando que son oficiales. Una vez dentro, todo lo que hagas en tu dispositivo queda expuesto. Es tan fácil como que alguien con un portátil y un poco de conocimiento monte una red falsa y empiece a recolectar datos sin que nadie se de cuenta.

Además, muchos usuarios dejan activada la conexión automática a redes conocidas. Esto significa que, si ya te conectaste una vez a una red WiFi de un hotel o aeropuerto, tu dispositivo podría volver a hacerlo sin avisarte si detecta un nombre similar. Y sí, los atacantes también pueden aprovecharse de esto replicando esos nombres para sumar sin que tú lo consientas.

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También hay que tener en cuenta que, aunque algunas redes requieren una contraseña, eso no significa que sean seguras. Las claves compartidas por cientos o miles de personas en un mismo entorno no aportan ninguna protección real. Todos los dispositivos conectados a esa red pueden, en teoría, verse entre sí, lo que aumenta exponencialmente el riesgo de que tu móvil o portátil quede expuesto.

Qué debemos hacer al conectarnos a una red Wi-Fi pública

Entonces, ¿qué se puede hacer? ¿Hay alguna forma segura de conectarse? Lo más recomendable es evitar, siempre que sea posible, las redes WiFi públicas, sobre todo si no conoces su origen o no estás seguro de quién las gestiona. En su lugar, es preferible usar los datos móviles de tu tarifa, que además en verano suelen incluir bonos especiales, o incluso considerar la contratación temporal de un plan de datos internacional si estás en el extranjero.

Si necesitas conectarte sí o sí, hay formas de minimizar los riesgos:

  • Utilizar una red VPN. Esta herramienta cifra tu conexión y actúa como un túnel seguro entre tu dispositivo e Internet, haciendo que sea mucho más difícil para los atacantes interceptar tus datos. Hoy en día existen opciones gratuitas y de pago, y algunas operadoras incluso las ofrecen como parte de sus servicios.
  • No realizar operaciones sensibles mientras estás conectado a redes públicas. No accedas a tu banca online, no hagas compras con tarjeta y evita iniciar sesión en servicios donde estén tus datos personales o profesionales.
  • Desactiva la conexión automática a redes WiFi en la configuración de tu móvil o portátil.
  • Activa la autenticación en dos pasos en todas tus cuentas importantes.

La ciberseguridad no es un asunto exclusivo del trabajo o de los expertos en tecnología. En verano, cuando más relajados estamos, también somos más vulnerables. Así que piénsalo dos veces antes de conectarte a la primera red gratuita que encuentres. Lo barato, una vez más, puede salir muy caro.

 

Fuente: adslzone